La fuerte caída del consumo impactó de lleno en los supermercados, que ven mes a mes como siguen bajando sus ventas mientras sube la presión impositiva. Casos como la cadena de supermercados Toledo se podrían replicar en el mediano plazo si no existen cambios.
Para graficar la situación, basta con observar los números del período julio-noviembre de 2018 que exhiben las ventas del sector supermercadista, con caídas interanuales del 2,8 por ciento en julio; 4,1 en agosto; 7,9 en septiembre; 9,9 en octubre y del 12,5 por ciento en noviembre.
El dueño de Toledo expresó que posee «una empresa sólida, tiene más de 50 propiedades en Mar del Plata y además somos productores avícolas. Pero todos los meses venimos perdiendo plata. Había una gran ilusión con esta temporada veraniega, porque con la devaluación se esperaba mayor turismo interno. Pero ha sido un fiasco tremendo”.
El grupo Cencosud, dueño de Disco, Jumbo, Easy y Vea, mostró una baja de ventas del 36,7 por ciento interananual en el último trimestre del año. Desde la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), a través de Juan Vasco, ya advirtieron que “hay una sostenida caída del consumo con incremento de costos, como es el caso de los costos logísticos y laborales. Por otro lado, no ha habido grandes resultados en el combate contra la competencia informal”.
“En el último año se perdieron 6 mil puestos de trabajo en las empresas del sector a partir de un goteo de empleo, sobre un total de unos 96 mil empleados. En este momento las empresas no se dirigen cómo no ceder rentabilidad sino cómo tratar de paliar las pérdidas de dinero”, agregó Vasco.
Por si fuera poco, las consultoras económicas no pronostican que el consumo se recomponga. Es más: anticipan una nueva baja este año. “Para 2019 proyectamos una contracción del consumo del 1,5 por ciento. Ese sería el resultado de un primer semestre con variaciones negativas y una leve recuperación de un 1,2 por ciento que llegaría hacia el tercer trimestre”, dijo Federico Filipponi, de Kantar Worldpanel.