El Decreto Reglamentario de la Ley de Góndolas vuelve a sembrar la esperanza en los descreídos consumidores que desde hace años ven como los formadores de precios pasan por alto todas las normas y los controles desde el Estado son negligentes a la hora de los controles y las sanciones.
Héctor Polino, presidente de Consumidores libres consideró la Ley como un “paso positivo en la defensa de los derechos e intereses de los consumidores” pero señaló que “leyes hay” lo que hay que hacer es “hacerlas cumplir” y ejemplificó con las empresas de energía eléctrica que vienen prestando –sobre todo las eléctricas Edenor y Edesur- un servicio de muy mala calidad con tarifas que son realmente abusivas, y que las empresas al prestar un servicio de manera monopólica sin competencia tendrían que haber hecho a lo largo de estos años las inversiones necesarias para prestar un servicio de buena calidad”, denunció Polino al afirmar que “cada vez que bajan las temperaturas en invierno o cada vez que suben en verano se producen prolongados cortes de energía eléctrica y las empresas incluso no tienen ni siquiera la delicadeza de atender los reclamos y de informar aunque sea aproximadamente durante cuánto tiempo va a estar interrumpido el servicio”.
En ese sentido insistió con que ya «existen infinidad de normas jurídicas que favorecen los derechos de los usuarios de los servicios públicos y de los consumidores en general, el problema en la República Argentina está en que esas leyes generalmente no se cumplen y además no hay sanciones para los incumplidores. Pero además hay algo mucho más grave aún, es el propio Estado el que no cumple muchas veces las leyes vigentes, concluyó el defensor de los derechos de los consumidores quien descreyó también de la última propuesta del control por parte de los intendentes, algo que ya ha sido probado y no funcionó.
Audio completo entrevista – AM770 – Radio Cooperativa
La conclusión a la que ha llegado en tantos años de análisis del tema es que “esa voluntad política no existe, muchas veces porque las grandes empresas son las que han financiado buena parte de las campañas políticas electorales” que termina siendo luego “la mejor inversión porque recuperan luego ese dinero invertido y con creces”.
