Con pérdidas abrumadoras, el sector de los trabajadores Gastronómicos celebró volver a trabajar después de un período de inactividad sin precedentes. Aún con cierta gradualidad, los pedidos del sector que se reiteraban cada vez con más fuerza, tuvieron el aval del Gobierno.
Así a partir de esta semana, el distrito porteño dará lugar a la apertura de los locales gastronómicos y los bares y restaurantes van a poder abrir con una ocupación máxima del 25% de su capacidad, de acuerdo al nivel de ventilación que tengan.
Desde hace largo tiempo, las movilizaciones, campañas y también la presentación de distintos protocolos sanitarios, más las gestiones en los distintos ministerios abocados a tal fin parecen haberlo hecho posible.
Con servicio de reserva y un máximo de cuatro personas por mesa (que permita mantener la distancia) se largará el nuevo desafío que no incluye el autoservicio en ninguna de sus formas, sino únicamente el menú a la carta, carta que funciona con cógido QR para evitar la manipulación por parte de los clientes y anular otra fuente de contagio.
Con todas esas seguridades y luego de la multiplicidad de acciones entre trabajadores –UTHGRA- y las cámaras empresarias que sufrieron un tremendo desplome de la economía, se intentará comenzar a revertir el relevamiento realizado que señala que son 2.700 locales cerrados definitivamente que incluye una pérdida masiva de empleados que ronda los 380.000.
Seguido al anuncio, surgieron algunas voces que cuestionaron la posibilidad de control sobre éste porcentaje de ocupación dentro de los locales. Como garantía de ese cumplimiento cada local deberá presentar una Declaración Jurada en la Agencia Gubernamental de Control con el compromiso asumido.
Será a través de multas y clausuras, al igual que en otros sectores, como las inspecciones de la Ciudad, puedan evitar desbordes o incumplimientos que permitan a la actividad funcionar sin sobresaltos, pues desde el sindicato de Gastronómicos señalaron que no hay posibilidad de “vuelta atrás” dada la magnitud de las pérdidas y la fragilidad del sector.