Por los paros que convocaron los trabajadores del sindicato de la CGT, en reclamo de aumento de personal y reducción de la jornada laboral, Renfe, la empresa que gestiona los ferrocarriles en España, tuvo que cancelar más de 700 viajes. La medida generó un caos ya que coincidió con las fechas de salida y retorno de las vacaciones más importantes del año.
La medida de fuerza se replicará el resto de la semana entre las 12 y las 16 horas y entre las 20 y las 24 horas. Ante esa situación, el ministerio de Fomento decretó servicios mínimos, que oscilan entre el 50 y el 75% del tiempo disponible para los trenes de pasajeros y del 25% respecto a los trenes de mercancías.
La respuesta no se hizo esperar: para la CGT, los servicios mínimos establecidos por la cartera fueron «desmedidos». E insistió en «la falta de personal» que genera «extensas carencias» que impiden «mantener unos servicios de calidad».
«A diario vemos como se suprimen trenes por falta de personal, como las averías se encadenan una tras otra por falta de un mantenimiento correcto», explicó el sindicato.