En medio de una extendida polémica sobre él éxito y los contratiempos de la modalidad de teletrabajo, que venía instalándose con fuerza, pero que se activó de lleno en la pandemia, su reglamentación comienza a poner blanco sobre negro en las cuestiones operativas, prácticas y económicas de una nueva forma de trabajo que llegó para quedarse.
Con el dato concreto de que un tercio de las empresas anticipa reducción de espacios de oficina en la post pandemia y la reglamentación de la ley en el país, comienza a dibujarse el mapa de lo que serán los próximos años de la actividad laboral pese a las dudas y resistencias que aún existen.
Uno de los puntos más polémicos de la ley en el momento de su discusión en el recinto fue el del derecho a la «reversibilidad», por el que las empresas deberían garantizar la posibilidad de que el trabajador que cumple con tareas a distancia pueda retornar al trabajo presencial si así lo desea.
Sin embargo, en el funcionamiento cotidiano aparecen otros tantos aspectos negativos que pudo detectar el Sindicato del Seguro a través de una encuesta al personal del sector: el aislamiento, la dificultad para conciliar la vida laboral con la doméstica, la pérdida de la motivación, la disminución de la productividad, el aumento del estrés o la necesidad de la autodisciplina.
El trabajo realizado muestra, además, la falta de equipamiento previsto por la empresa. En más del 60% de los casos la falta de provisión fue total, y en un 16% sólo parcial, además de que las prestaciones de internet tampoco fueron a costa de la compañía casi en su totalidad.
Pero por otra parte, especifica la encuesta, la compensación a esas fallas estaría dada en el ahorro de tiempo y dinero en traslados, la posibilidad de quedarme en casa, la autonomía, la mejora en la productividad, el menor estrés y la menor contaminación ambiental.
El 77 % de los trabajadores nunca había aplicado antes ésta modalidad y en un 88% de los casos fue la empresa quien decidió implementarlo en éste período, pero aun así la medición detecta un alto nivel de satisfacción por parte de 55,8% de los trabajadores que encuentran una mejor forma de organizarse desde el hogar pues en su mayoría siguen un horario regular y en un porcentaje importante de los casos pueden pausar la labor de ser necesario.
Por último, el informe de la organización gremial realiza una descripción técnica de los elementos utilizados que encabeza la computadora personal por sobre la computadora de la empresa, y también herramientas a tener en cuenta como el tipo de escritorio, de asiento, que en el hogar no tiene las mismas condiciones de calidad que sí tenía en la empresa, mientras que la satisfacción respecto a confort, iluminación y ventilación se destacan por ejemplo, por sobre el trabajo de oficina, en algo más del 50% de los casos, pero lo analizan en forma contraria otro tanto, lo que hace suponer que queda trabajo por hacer en cuanto a encontrar consensos entre empleadores y empleados para desarrollar el llamado Home Office de modo que no haya perjuicio para ambos.