Mientras en la Cámara de Diputados avanza la discusión sobre el acuerdo de pago al Fondo Monetario Internacional (FMI) que impulsa el Gobierno nacional y afuera se congregan partidos y movimientos sociales para rechazarlo, queda cada vez más claro que la incidencia de esta renegociación de la deuda tomada por el macrismo tendrá múltiples incidencias en la vida económica y social del país. Uno de los ejes que aparecían como más cuestionados en la etapa previa era el de la exigencia por parte del Fondo de una reforma laboral, perspectiva que fue reiteradamente rechazada por funcionarios nacionales. A ese respecto, parece que la estrategia oficial no es la de una reforma general sino aprovechar los próximos meses para avanzar en debates con los gremios en torno a la productividad y la modernización de algunos convenios colectivos.
El tema aparece claramente planteado en el preacuerdo con el Fondo: “Las políticas promotoras del crecimiento y la resiliencia buscarán estimular la expansión y la diversificación del sector de bienes transables; la inversión y la productividad; el desarrollo económico local y regional; el empleo formal y la inclusión laboral; mejoras de la eficiencia y la sostenibilidad del sector energético; políticas de adaptación y mitigación climática y el desarrollo más amplio de los mercados de capital”.
Según fuentes oficiales, el primer paso para avanzar en el debate sobre el incremento de la productividad con los gremios pasaría pro la convocatoria en el mes de mayo de un encuentro en el que participarían los ministerios de Trabajo, de Desarrollo Productivo, de Ciencia y Tecnología y de Salud junto con representantes empresarios y sindicales en el que se analice la problemática y se debatan estrategias para mejorar la productividad en los distintos sectores.
Siendo una cuestión delicada para los gremios, el Estado nacional propone poner a disposición de empresas y trabajadores una serie de herramientas para mejorar la productividad, sin que esto implique necesariamente incrementar los ritmos de trabajo. En ese sentido aclaran: “Queremos dejar claro que la productividad es un tema de ciencia y tecnología, de innovación, de formación de trabajadores, de participación de los trabajadores en el diseño productivo o en los resultados de las empresas. Es más complejo que pensar que trabajen más rápido. Lamentablemente la palabra productividad quedó asociada a la década del 90, eso no es productividad. Argentina tiene un problema de productividad en algunos sectores y lo tenemos que abordar desde muchos aspectos”.
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También se busca “modernizar” algunos convenios colectivos de trabajo que para el Gobierno están obsoletos y no dan cuenta de las profundas transformaciones del mundo del trabajo en las últimas décadas. Desde el Poder Ejecutivo proponen avanzar con propuestas de renovación tecnológica y capacitación de los trabajadores, una dinámica con la que se buscará avanzar dialogando con cada gremio en particular.