El triunvirato de la CGT ya no es tal. Pese a que, desde el círculo cercano a Juan Carlos Schmid no confirman oficialmente su salida, tampoco la desmienten, lo que en comunicación se entiende como que “el que calla otorga”. Mientras tanto en la Central Obrera intentan reconstruirse y analizar los pasos a seguir.
Al ser, Pablo Moyano ayer, un domingo a la tarde, quien dio la primicia, fue quien también tuvo que señalar las razones de su dimisión: problemas de salud y fuertes diferencias con el resto de la conducción de la histórica entidad gremial, fueron las razones que esgrimió el camionero.
Es cierto que, respecto a las determinaciones que debe tomar la CGT, de cara a un país socialmente convulsionado, por una inflación en alza que sigue destruyendo la producción y el trabajo, Schmid tenía una postura más combativa que el resto de los triunviros: Héctor Daer, de Alimentación y Carlos Acuña, de Estaciones de Servicio.
Schmid había llegado al triunvirato de la mano de Moyano, y el alejamiento del Camionero, significó para él un desequilibrio de poder. Su afinidad con los movimientos sociales era otro de los puntos de disidencia entre los secretarios generales. Recordemos que los representantes de la Economía Popular habían logrado sentarse de su mano a la mesa de la CGT pero finalmente nunca lograron el aval para acceder a la personería gremial.
La pasividad frente a la gravísima conflictividad social generada por la estrepitosa devaluación de los salarios, el alza de los costos que destruye producción y trabajo, tenía muy intranquilo al dirigente, quien lejos de invisibilizarse, marchó contra el “tarifazo” junto a Juan Pablo Brey de la Juventud, encabezó la carpa de la “dignidad” en el puerto para profundizar el reclamo de su sector portuario y asistió en socorro de Juan Grabois, detenido por defender “manteros senegaleses”.
Schmid también encabezó una masiva movilización con los gremios de Córdoba encolumnados a nivel nacional, con el apoyo de distintos sectores sociales, estudiantiles y trabajadores de Ciencia y Técnica, donde como principal orador advirtió que «primero hay que parar la sangría de despidos. Hay que buscar un esquema que para la discusión del déficit se dé cuando el país esté en crecimiento».
También estuvo por esos días en Rosario en una movilización similar donde señaló que “Cada día hay que monitorear la grave situación social y advirtió que si “el presidente no tiene un plan B no tenemos destino”.
Frases similares a las que Schmid hizo públicas en su último discurso luego del paro general del 25S donde disparó fuerte contra el gobierno y señaló que el “plan económico del gobierno está agotado” y que “de no haber plan B, no habrá tregua”.
Más allá de la confirmación de parte de la organización que realizó, Héctor Daer, respecto al alejamiento, quien escuetamente dijo: “es de público conocimiento” se esperan las declaraciones del propio Juan Carlos Schmid respecto a los verdaderos motivos de su alejamiento y también cuál será su ubicación en el dinámico rompecabezas del sindicalismo argentino.