La Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos CTA (de los Trabajadores y Autónoma) celebraron la «contundencia» del paro general que se lleva adelante este jueves 9 de mayo contra las políticas del Gobierno de Javier Milei, que paralizó al país, con altísimos niveles de adhesión en la industria, el comercio, el transporte y los servicios en general. Desde el Gobierno se intentó minimizar el impacto de la medida de fuerza, pero según afirmaron desde la central obrera, quedó claramente en evidencia que «el paro les dolió».
En conferencia de prensa, la cúpula cegetista destacó la contudencia del paro y remarcó que el Gobienro «tiene que tomar nota» y cambiar el rumbo de sus políticas de ajuste. «La contundencia del paro que vimos en el día de hoy demuestra que el Gobierno tiene que tomar nota reconfigurar su política de ajuste», sostuvo el triunviro cegetista Héctor Daer, quien destacó la masividad de la medida producto del descontento social. «El paro tenía el sustento social y sobre todo el sustento político para llevarlo adelante. Efectivamente estamos discutiendo el rumbo del país y las políticas que se llevan adelante, y todas las acciones que viene dañando el entramado social de nuestro país», agregó.
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«El paro les dolió», afirmó el cosecretario General de la CGT y adjunto de Camioneros Pablo Moyano, anticipando que si el oficialismo no modifica sus políticas, se continuará con el plan de lucha. Y añadió: «Lo juzgó la gente hoy. El rechazo (al ajuste) va creciendo, las movilizaciones van creciendo. La gente ya no es tonta. Mucha gente que se moviliza y que paro, lo votó».
Rodolfo Aguiar, titular nacional de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) afirmó que la adhesión a la medida fue casi total, promediando «el 97% en toda la República Argentina». “Fueron infructuosos los intentos del Gobierno para difundir miedo, temor y amenazar con descontar el día”, remarcó. Y explicó: “Los estatales no estamos parando por deporte, estamos siendo empujados a la huelga por la política económica del gobierno, por la reducción de los salarios reales y los despidos” agregó Aguiar.
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Desde el oficialismo se intentó minimizar la medida de fuerza, sin mucho éxito. El vocero presidencial Manuel Adorni había anticipado por la mañana que la administración le descontaría el día a aquellos empleados estatales que paren. Luego descartó sentirse «traicionado» por la CGT y detalló: «No nos sentimos traicionados, sabemos cuál es su andar. Es un paro netamente político, daña y complica la vida a mucha gente. Es un paro inentendible. Están traicionando, como lo han hecho casi sin descanso, a los trabajadores que no podrán poner un plato de comida y viven del día a día y precisaban ir a trabajar». Y agregó:
«Es un día donde vemos las consecuencias de un modelo sindical viejo. Juegan con el miedo de la gente y de empresarios a través de la violencia (en referencia a algunas denuncias sobre ataques a colectivos). Este Gobierno tuvo más paros que leyes hasta ahora. El sindicalismo tal como lo conocemos no tiene mucha razón de ser, en términos de representación de los trabajadores».
El propio presidente Javier Milei usó sus redes sociales para cuestionar la medida de fuerza mostrándose con una remera que decía «Yo no paro». Más tarde, ante la inocultable contundencia del paro, comartió un mensaje críptico comparando a la CGT con un faraón. Desde Casa Rosada también recordaron que desde el inicio del Gobienro ya tuvieron «dos medidas de fuerza de colectivos, dos de docentes, una de trenes y otra de aeronáuticos», además de «100 marchas e intentos de piquetes». Los ataques contra el paro bajaron de todos los niveles del Gobierno. La ministra de Seguridad Patricia Bullrich cuestionó la medida sosteniendo que es una muestra de «debilidad» del sindicalismo; el ministro de Economía Luis Caputo se «solidarizó» con los trabajadores afectados por el paro y criticó a la CGT por «estar alejada de la realidad».