El «fantasma» del sistema integrado de salud reaparece con fuerza y espanta a la CGT

Con el operativo clamor por la vuelta de Cristina que impulsan algunos de sus más acérrimos seguidores como Carlos Blanco, funcionario de Axel Kicillof, o el secretario general del Sindicato de Curtidores, Walter Correa, aparecen también posibles ejes de campaña para un potencial gobierno de puro tinte kirchnerista.

Uno de esos proyectos que se intentan impulsar desde el kirchnerismo hace tiempo es el de “sistema integrado de salud”, una idea que no prosperó durante la pandemia pero que sí se puso en superficie en el intento de llevarla adelante nuevamente durante ésta semana en la que hubo varios eventos políticos que dieron señales de avance.

Esto no es de agrado de la CGT, que está abocada por todos los medios a recuperar fondos de las obras sociales sindicales -en rojo-, y que ya no cuenta con la presencia de Ginés González García en el Ministerio de Salud, un “facilitador” de la llegada de reembolsos atrasados a las organizaciones. Si bien Carla Vizotti mantiene una muy buena relación con los “referentes de Azopardo”, no tiene igual «espalda» política para plantarse frente al avance K en esto de integrar las áreas de la Salud y convertir en uno sólo el sistema público, el privado y el de la seguridad social.

De hecho, lo que trascendió entre los “popes” de la central obrera es que, de ser concreta la reforma, ellos deberían tener real injerencia en ella, pues allí se juega el “control de las obras sociales sindicales”. Injerencia, que según sospechan, podría pasar totalmente desapercibida, si los actores del proyecto continúan concentrando filas detrás del actual ministro de Salud provincial, ultra K, Nicolás Kreplack, quien en un congreso, días atrás, volvió a poner el tema en agenda.

Claramente, son conscientes de que no es tarea sencilla. Para ello, hay que llevar adelante una reforma federal a nivel país, acompañada por una ley que lo posibilite, y para lo que ya existe un “no acompañamiento” por parte de la Confederación General del Trabajo, a excepción de algún pedido especial que pudiera hacerles el presidente, Alberto Fernández, quien, en pleno enfrentamiento político con ese sector de la coalición de gobierno, no se ha pronunciado aún sobre el tema.