Este jueves el Banco Nación rechazó la nueva propuesta de pago de sus millonarias deudas de la agroexportadora Vicentín y vuelve a reproponerse con fuerza el fantasma de la quiebra, lo que no sólo preocupa a los proveedores a los que la empresa santafecina no les cubrió sus compras sino también a los cerca de 1300 trabajadores que todavía cumplen labores en su establecimiento fabril.
El Nación es el principal acreedor de Vicentin, por lo que su rechazo haría imposible avanzar con el actual proceso concursal (que se lleva adelante en la sede judicial de la localidad santafecina de Reconquista).El BNA definió a la propuesta de pago de la empresa como “inviable y “abusiva”, tanto en lo que hace al “nivel de quita que propone a los acreedores» como por el hecho de que implica «desguazar la compañía destruyendo los activos que no le interesan al nuevo grupo inversor”. La agroexportadora le debe al Nación más de 300 millones de dólares y otras cifras importantes a la AFIP y otros bancos estatales (cómo el Provincia de Buenos Aires). Pero la deuda principal es con bancos extranjeros (más de 500 millones de dólares), que es difícil que aprueben una propuesta de pago ya rechazada por el BNA. Si esto se confirmara, se derrumbaría toda la propuesta concursal de Vicentin, abriéndole la puerta al «cram down», un momento en el que se reciben propuestas de rescate que no requieren del aval de la defaulteada.
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En este marco complejo, la empresa también realizó una propuesta para sus acreedores privado, pero está cada vez más cercana la fecha de vencimiento del «período de exclusividad» del concurso preventivo de acreedores, en manos del juez Fabián Lorenzini. Los acreedores del sector público sospechan que el magistrado busca favorecer a acreedores del sector privado, especialmente a los agrupados en la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), Molinos Agro SA y Viterra Argentina SA (del grupo Glencore), que buscan quedarse con la empresa.
Lorenzini había aceptado una propuesta de pago a los acreedores privados que fue aceptada por el juez del concurso, una decisión muy cuestionada por diversos sectores por los plazos y las formas de saldar la deuda que proponía. La empresa convocó a una asamblea de accionistas para el 11 de marzo, en la que pretende ratificar su último plan de pago. Vicentin ofrecía ceder el 95% del capital accionario y pagar las deudas a los acreedores quirografarios por un monto de 30 mil dólares, cediendo el saldo de esas deudas a “un fideicomiso de administración para su inmediata capitalización por el fiduciario”. Un grupo de acreedores que se presentaron bajo el nombre de “Fideicomiso de Acreedores”, ya rechazó esa iniciativa de Vicentin por considerarla “engañosa e ilegal” reivindicando también la propuesta de salvataje.
El ex diputado y actual integrante del directorio del BNA Claudio Lozano reconoció que la entidad avalaría la propuesta del cram down o salvataje (no se buscaría la quiebra de la empresa), por considerarla “superadora” y constitur una instancia donde “el Estado junto con otros actores privados pueden trabajar en un plan que evite la extranjerización y el desguace de Vicentin”. “Vamos a trabajar en esa dirección”, remarcó.
También la comisión de seguimiento del caso en la Legislatura provincial manifestó su “preocupación” la actitud de la compañía y reclamó una urgente una audiencia con el juez Lorenzini, anticipando que el miércoles de la próxima semana los legisladores que la componen buscarán reunirse con el juez para exigirle “información clara” sobre el proceso.
Algunas especulaciones plantean como posible incluso un nuevo intento de «estatización» de la empresa, que podría convertirse en una herramienta clave para la constitución de una empresa estatal de alimentos, que el Gobierno se encuentra evaluando para luchar contra la inflación descontrolada de los alimentos en el mercado externo.
En cuanto a la dramática situación de incertidumbre de los trabajadores de la empresa, el secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del departamento San Lorenzo (SOEA) Pablo Reguera advirtió que los trabajadores de la empresa podrían estar en riesgo de despido. Y agregó: “Estoy trabajando fuertísimo a todos los niveles, no quiero que nos agarre el 30 de marzo diciendo que no puede seguir Vicentín en marcha porque desgraciadamente no tiene materia prima o no se llegó a un acuerdo. Eso es lo que uno le está advirtiendo al gobierno. Que aseguremos los puestos de trabajo y después en lo económico seguramente le van a encontrar la vuelta. Pero lo que no puede pasar es dejar a la gente sin trabajo”
