En los próximos días el gobierno de Estados Unidos dará por finalizadas las ayudas monetarias que benefician en la actualidad a las personas desempleadas. En 2020, la administración Biden avanzó con el auxilio de desempleo y llegó a dar cheques de hasta US$1.000 a los hogares más necesitados.
Sin embargo, en los próximos días esos beneficios terminarán, forzando a millones de estadounidenses desempleados, algunos de los cuales no han trabajado durante toda la pandemia, a arreglárselas por sus propios medios.
La situación genera aún más incertidumbre en el actual contexto donde la variante Delta del Covid-19 es una amenaza latente, lo que podría hacer que el gobierno de Biden tenga que volver a restringir la circulación.
En marzo del 2020 y como respuesta a la pérdida de empleos, el gobierno de Joe Biden expandió la red de seguridad para desempleados, luego de que el Congreso de EE. UU. aprobara un plan de emergencia de US$2,2 billones.
Estos beneficios adicionales fueron ampliados por el legislativo en dos ocasiones, pero, según el gobierno estadounidense, el incremento de la inflación y los altos niveles de endeudamiento de EE. UU. hicieron que las ayudas lleguen a su fin.
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En la misma línea, un estudio publicado en agosto por investigadores de universidades en Estados Unidos y Canadá encontró apenas modestas mejoras en contrataciones y salarios en algunos de esos estados que terminaron el auxilio prematuramente, mientras el consumo cayó un 20 %.
Mientras tanto el panorama no es alentador para las personas sin empleo porque la economía no mejora: 5,3 millones de puestos de trabajo perdidos por la pandemia aún no se han recuperado y los empleadores apenas crearon 235.000 empleos en agosto, de acuerdo con datos que el gobierno publicó la semana pasada.