La situación de los incendios en el Delta del Paraná revisten una gravedad inusitada. Desde principios de 2020 se han detectado más de 15.000 focos y alrededor de 90 mil hectáreas de humedales ya han sido devoradas por el fuego.
Una fuerte sequía y la bajante del Paraná parecen mostrarse como las principales razones de este flagelo frente a una sociedad que sigue sin saber qué hacer, indefensa ante un Estado que no reacciona ni dimensiona la gravedad de la reiterada situación.
Desde la Defensoría del Pueblo de zona sur de Santa Fé sí conocen éste problema desde larga data, que se da en zona de humedales del Delta del Paraná que permanece sin atenderse, sin estudiarse en sus problemáticas y sin legislarse definitivamente a nivel nacional.
De hecho, “la única legislación sobre humedales existente es local y se aprobó a fines del año pasado”, señaló Gabriel Savino, adjunto del organismo que “pelea” con los repetidos inconvenientes una y otra vez, sin ayuda de una política nacional y un presupuesto destinado que acompañe y concientice de la utilización de estos espacios territoriales, como islas o hasta salitrales que ocupan cerca del 25% del territorio argentino.
Las causas de los incendios son variadas y no se determinan con exactitud: “están autorizadas las quemas controladas” que claramente “pueden descontrolarse” o finalmente ser intencionales en el intento de ganar terrenos para pasturas, como pasó en otras oportunidades, a las que se suman los factores climáticos.
Lo cierto es que hay un Estado ausente “porque nos acordamos de las quemas cuando el humo viene del este y viene para la ciudad de Rosario”, denunció el santafecino, mientras tanto “no se piensa en el ecocidio”, es decir, las enormes pérdidas y la magnitud del “desastre que genera en la flora, fauna, en toda la cuenca ictícola y la sequía que produce el calor”, entre otros muchos perjuicios.
“Por acción u omisión de ciertos funcionarios del gobierno nacional, provincial, municipal” no existe una “prevención de los incendios” disparó Savino, “miran para otro lado”, y si bien reconoció que esa falta presupuestaria es determinante, aun así cuentan con “herramientas” para poder trabajar en el asunto pero por “conocimiento o desconocimiento” no actúan y si bien hay mucha responsabilidad social, también y en mayor grado hay responsabilidad estatal”, remató.
Por éstos días se suma también una tragedia climática y productiva similar en las sierras de Córdoba, donde también hay ya más de 30 mil hectáreas afectadas. Allí siembras, ganado y hasta las viviendas de la zona de Punilla han sido arrasadas por las llamas que no encuentran límite, en medio de una larga sequía y fuertes vientos.
Audio completo – Estado de Alerta – AM 770