La Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados, que preside la diputada Vanesa Siley, inició este martes el debate sobre un conjunto de proyectos de ley, impulsados por legisladores de distintas bancadas, que proponen la reducción de la jornada laboral, en el marco de una reunión informativa que contó con la presencia de la ministra de Trabajo Raquel “Kelly” Olmos y de numerosos representantes sindicales. La voz disidente durante el encuentro provino de uno de los voceros de la Unión Industrial Argentina (UIA), que se manifestó contra las iniciativas.
Cinco de los proyectos corresponden al oficialismo (presentadas por Claudia Ormaechea, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Eduardo Valdés y Mónica Litza) y dos a legisladores de la oposición (del socialista Enrique Estevez y del diputado del FIT-U Nicolás del Caño). En el inicio del debate, Siley recordó que la actual ley que fija la jornada semanal en 48 horas es de 1929, por lo que la regulación ya casi tiene un siglo. “Cuando se habla de reformas laborales frente a la tecnología, el cambio en las relaciones laborales, hablamos también de este derecho fundamental que es la jornada laboral”, añadió.
Proyectos de reducción de la jornada laboral y anuncios para monotributistas y autónomos
La legisladora del Frente de Todos y dirigente judicial también hizo referencia a la experiencia internacional: “Hoy acaba de tener dictamen en la Cámara de Diputados de México y está próximo a pasar a recinto; en Chile se discutió en abril de 2023 y se convirtió en ley; en Colombia en el 2021 y se convirtió en ley; en Ecuador fue en el año 1983 que se redujo a 40 horas”. También a la prueba piloto que el Reino Unido realizó durante seis meses con 61 empresas para reducir la jornada laboral, tras lo cual “solicitaron tener definitivamente como régimen una jornada de cuatro días”. “Se ve notablemente incrementada la productividad, una baja en el ausentismo, baja en accidentes laborales, lo que trae como consecuencia la baja de un costo”, enfatizó Siley.
Olmos, por su parte, se pronunció a favor de la reducción de la jornada laboral planteando que “la idea es acordar un texto de consenso que contemple proyectos presentados por legisladores de varios bloques que podrían confluir en una iniciativa para llevar de 48 a 40 ó 36 horas la jornada semanal, con lo que se busca mejorar la productividad y generar empleo”. En ese sentido, añadió que el plan es que se avance “de una manera escalonada”, ya que la reducción “no se puede hacer de un día para otro” sino que debe contar “con un horizonte y una previsibilidad”. También destacó que es requisito que “fortalezcamos la competencia de la negociación tripartita de cada convenio colectivo de trabajo para la mejor distribución de las horas máximas autorizadas a los efectos de que se adecue a lo que es cada actividad”.
El Gobierno impulsa en el Congreso el debate sobre proyectos de reducción de la jornada laboral
“Estamos trabajando con un proyecto que tiene un objetivo ambicioso, informalidad cero”, agregó Yasky, autor de uno de los proyectos. Y remarcó: “Sabemos que va a generar resistencias de los sectores empresarios, pero nos va a permitir poner en debate un tema que se utiliza como argumento para postergar avances en la legislación laboral”. Siley anticipó que representantes de la Confederación General del Trabajo (CGT) intervendrán del debate en la próxima reunión de la comisión para abordar el tema.
“Esta ley, como cualquier otra, no es que viene a prometer cantidad de puestos de trabajo. Esta ley lo que sí va a hacer es una mejor distribución del trabajo y, por supuesto, en algunos sectores de la economía, creación de puestos”, explicó Ormachea (diputada del FdT, autora de uno de los proyectos y dirigente de la Asociación Bancaria). En el mismo sentido, concluyó aclarando que el objetivo es que “este avance no implique una reducción en el salario” y pidió dejar de lado “la mirada desde lo partidario para que esto se convierta en una ley que mejore la vida de todos”.
Julio Cordero, vicepresidente del departamento de Política Social de la UIA, cercano a Paolo Rocca, cuestionó que “el Estado disponga una norma que entra por la ventana cuando las negociaciones colectivas están abiertas”. Y añadió: “Yo limito la jornada para que trabaje menos, ¿Para qué? O sea: ¿Está mal trabajar? ¿Estamos en contra del trabajo? ¿Para qué? ¿Para ir afuera a hacer qué?”. “Por supuesto la vida familiar es absolutamente importante, pero esto ya se debatió internacionalmente. El límite dispuesto por la OIT es de 8 horas diarias o 48 horas semanales”, concluyó el representante empresarial. La ministra de trabajo cuestionó esta posición, planteando que «es como intentar justificar la esclavitud».