Crisis lechera: Durante el último año cerraron casi dos tambos por día

Según el más reciente informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, ya cerraron más de 600 tambos desde marzo de 2017. La crisis del sector se ha incrementado claramente en los últimos años, aumentando el ritmo de cierre de establecimientos, golpeados por un fuerte aumento de costos que no logró ser compensado por el aumento de los precios pagados por la industria por la leche cruda.

Otro documento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) informa que desde el mes de febrero de este año los establecimientos lecheros tienen rentabilidad negativa. Tienen un rol central en las modificaciones de la estructura de costos tanto el aumento sostenido de los servicios públicos como la escalada del dólar. Según estimaciones de la Cámara de Productores Lecheros de Córdoba (Caprolec) los tambos necesitarían cobrar por litro de leche cruda unos 30 centavos de dólar, lo que equivale a más de 12 pesos, mientras que la industria lechera les está abonando 7 y podría llegar a 8 en las liquidaciones de agosto.

El informe de Ocla indica que en 1998 existían 30.131 tambos en el país, una cifra que casi triplica los números actuales. En este sentido, el cierre de establecimientos es un proceso de largo plazo, pero lo distintivo de los últimos años es el incremento del ritmo de cierre de establecimientos: mientras que en los últimos diez años la tasa era de 0,7% anual, en el último año esa cifra se disparó hasta un 5,3%. De 11.326 tambos el año pasado se llegó a 10.722, es decir 604 establecimientos menos en un año, casi dos tambos por día.

Según el mismo informe, los más afectados por esta tendencia son los establecimientos pequeños, que producen menos de dos mil litros de leche diarios (lo que es el 50% de los tambos existentes). Según el estudio de Ocla, “los 360 tambos más grandes que producen un promedio de 15.445 litros diarios en promedio, aportan la misma cantidad de leche que los 5.800 tambos más pequeños que producen en promedio, menos de 2.500 litros de leche por día”.

Jorge Giraudo, el coordinador de Ocla, resumió: “Hubo una sumatoria de fenómenos y todos los males juntos: en 2015 y 2016, la peor crisis lechera a nivel mundial con la caída del precio internacional; los dos últimos años con inundaciones y sequías, principalmente en Buenos Aires y Santa Fe; y los efectos de la macroeconomía con el tipo de cambio, la tasa de interés, la inflación, caída de ingresos y la suba de costos”.