De acuerdo a datos de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), a fines de mayo apenas el 27% de las empresas mercantiles de todo el país se encontraban totalmente operativas, tras lograr los permisos gubernamentales para volver a funcionar en medio de la cuarentena dictada ante el avance de la pandemia.
El documento deja en claro que el 52% de los comercios asegura estar «parcialmente operativo», mientras que un 21% permanecía sin actividad desde el inicio de la cuarentena, el 20 de marzo último. El dato parcialmente alentador para la clase trabajadora es que el 70% de los emprendimientos operativos asegura haber pagado con puntualidad los salarios. El resto, admitió retrasos y serias dificultades.
En este marco, varios encargados de comercios relataron que se beneficiaron por el programa estatal ATP para pagar haberes. Específicamente, un 45,5% admitió haberlo pedido. Asimismo, mientras varias empresas aprovecharon la cuarentena para obtener rédito de la venta online, un 49,5% de las compañías que operan total o parcialmente afirma que no realiza ventas on line, pero antes del aislamiento obligatorio ese porcentaje alcanzaba al 65,5%.
El panorama a futuro no luce mejor. Desde la CAC advirtieron que “ante el deterioro en materia de empleo y en la cantidad de empresas activas es esperable que en los próximos meses los argentinos atravesemos una situación económica y social crítica, con empresas profundamente afectadas en su estabilidad financiera por el corte de las cadenas de pago y la caída de la actividad, toda vez que los flujos de fondos, en el mejor de los casos, se recuperarán solo de forma paulatina”.
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Y reclamaron «la adopción de una normativa que establezca procedimientos de emergencia preservará la operatividad de las unidades productivas y evitará la saturación del sistema judicial con embargos, ejecuciones, rescisiones contractuales, concursos, conflictos laborales, entre otras consecuencias que, podemos prever, provocaría el colapso del funcionamiento de un poder del Estado con dificultades de larga data».
No obstante, la situación se hizo insostenible, dentro de la Capital federal, para 24 mil comercios, que cerraron sus puertas y dejaron en la calle a casi 50.000 trabajadores. Por eso, las distintas agrupaciones de comerciantes intentarán mantener encuentros con la cartera de Producción para que se implementen medidas urgentes que eviten la sangría de emprendimientos y que más empleados queden sin su fuente laboral.