En la sede de Azopardo, este jueves, en reunión de Consejo Directivo, se ultimarán los detalles de las acciones que realizará la central obrera dentro de un plan de lucha que viene intentando desactivar el gobierno por todos los medios.
La dualidad es compleja para la central, pues deben ser la contención del sector trabajador, hoy asfixiado por el aumento del costo de vida pero sin cortar los puentes que se han tendido con el ejecutivo de Mauricio Macri.
Desde las 14 horas definirá hoy los últimos detalles de la movilización prevista para el 4 de abril. La decisión final terminará de adoptarse antes del cierre de la primera reunión formal del año, convocatoria que venía siendo demorada justamente por no alcanzar los consensos necesarios respecto de la medida.
Esas diferencias fueron zanjadas, parcialmente ayer miércoles, durante una reunión de los gremios industriales con los dos co secretarios de la central: Héctor Daer y Carlos Acuña, donde los líderes de uno de los sectores más perjudicados por las políticas económicas del gobierno insistieron con firmeza en la participación de la marcha de la que participarán los sectores más combativos del sindicalismo.
“Se acordó una manifestación similar a un paro pero evitando los daños económicos” fuentes cercanas, y será «en defensa del empleo y la producción». En cuanto a la diagramación establecieron que partirá a las 13 desde la terminal de once con destino al Congreso o Plaza de Mayo, y como cierre se publicará un documento o si existen las garantías se leerá un documento pero se evitarán largos discursos para evitar problemas y presiones para llevar adelante un “paro” como ya pasó en 2017.
De no surgir algún imprevisto, esto sería lo que se aprobaría esta tarde en la sede central. Habrá que ver hoy la fuerza de las presencias y de las ausencias de sectores que no quieren confrontar con el gobierno ni que los identifiquen con sectores alineados al cristinismo.
Será clave por supuesto la definición de sectores como Comercio (Cavalieri) o (Barrionuevo) y por supuesto el sector del transporte ferroviario y de colectivos: dos gremios decisivos que en la noche del miércoles no habían confirmado su postura.
Con los nuevos números de desempleo del INDEC, que seguramente superarán los dos dígitos, tendrán un verdadero motivo por el que la cúpula sindical buscará que la protesta de abril refleje una de las principales preocupaciones de la población.
Como parte del orden del día, también se abordarán las paritarias y la pérdida de poder adquisitivo. Los sindicalistas en su mayoría coinciden en sellar acuerdos salariales cortos con cláusulas de revisión, pero ya están hablando de un pedido del 40% que es la expectativa que se maneja hoy tanto en públicos como en privados.
A contramano de lo que viene expresando el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, los metalúrgicos oficializaron ayer su intención de negociar por tres meses, mientras que el gremio de la Alimentación, que conduce Rodolfo Daer evalúa revisiones bimestrales para alcanzar esa suba del 40% en 2019.