Clases presenciales: tironeos y reuniones para definir su continuidad

Mientras el Gobierno evalúa restricciones, sindicatos docentes, de la salud y del subte están pidiendo la suspensión de las clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires, ante el pico de contagios de covid. El reclamo es  lanzado por la UTE en forma local pero la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) elevó un pedido para que se suspendan las clases presenciales de manera temporal en todo el país.

El planteo comienza debido a que en Ciudad y Gran Buenos aires y GBA parece indispensable evitar el colapso de los hospitales y sanatorios. También Ademys, el gremio que lo sigue en cantidad de afiliados, convocó a un paro para este miércoles por la interrupción de las clases presenciales y la vacunación masiva. Lo realizará junto a Amet, de los docentes de escuelas técnicas.

En el ministerio de Educación nacional consideran, sin embargo, que las restricciones a la circulación deben empezar por implementarse en otros ámbitos que el escolar. “La escuela y la fábrica, con protocolos de cuidado, son espacios de bajo riesgo”, afirmó el ministro de Educación, Nicolás Trotta.

Más allá de eso, en la provincia de Buenos Aires, el sábado el gobernador Kicillof dio facultades para suspender temporalmente las clases a su jefe de Gabinete y la Directora de Cultura y Educación, en función del riesgo epidemiológico. También habilitó a los intendentes a pedir el cierre de las escuelas de sus distritos.

Por otra parte, el Gobierno bonaerense recibió este lunes a gremios docentes y acordaron la creación de un comité de crisis para evaluar la continuidad de las clases presenciales y recién el jueves definirán si aplican medidas al respecto.

En este aspecto vuelven a aparecen las disidencias entre la Ciudad y la Provincia, ya que Rodriguez Larreta apunta a la máxima presencialidad, pero como dijo el Gobernador bonaerense, se habla de contextos distintos, pues en territorio bonaerense “hay una matrícula escolar de casi 5 millones de personas”, número que casi duplica la población total de la capital nacional del país, por lo tanto la complejidad es «diversa».

Pero el punto neurálgico parece estar en otro lado y allí coinciden todos: especialistas y Gobierno. Trotta reconoció que no tendría efectos positivos “empezar por restringir la presencialidad en las escuelas si se mantiene la circulación en otros ámbitos de la vida cotidiana”.

“Los especialistas nos están diciendo que la escuela y la fábrica, con protocolos de cuidado, son espacios de bajo riesgo”, definió el ministro. Con todo, mencionó que “llegado el caso de que haya que restringir otros órdenes previos al trabajo o a la escuela, se analizará disminuir la presencialidad”.