La situación del CONICET es, desde la óptica de los trabajadores que componen su directorio, lo suficientemente grave para que se afirme que el organismo «está en default». “En estos tres años el Conicet ha sufrido un profundo y sostenido deterioro de los salarios de sus trabajadores y de los estipendios de sus becarios, muchos de los cuales viven con remuneraciones que se sitúan por debajo de la actual línea de pobreza”, señalaron los doctores Dora Barrancos, Francisco Tamarit, Miguel Laborde, Roberto Rivarola y Tulio Del Bono.
La falta de fondos, producto de los recortes al presupuesto que realizó el Gobierno nacional, son una constante para el CONICET: “Los fondos para funcionamiento, infraestructura y financiación de la investigación y sus tareas subsidiarias han disminuido drásticamente año a año en valores reales pero también incluso en forma nominal, frente a un complejo proceso inflacionario y devaluatorio que ha minado nuestra capacidad de promover la producción científica, el desarrollo tecnológico y la innovación de los procesos productivos”.
“Prácticamente estamos en un Conicet en default”, señalaron los profesionales, que destacaron a su vez que las Unidades Ejecutoras del Conicet terminarán 2018 con un financiamiento de solo el 40 % de lo oportunamente prometido. “Algunos institutos de La Plata, Córdoba y Bahía Blanca están teniendo grandes dificultades para pagar servicios tan básicos como Internet. Algunos equipos que usamos a diario los investigadores se rompen y quedan sin poder ser reparados”, concluyeron.