Comenzaron las rondas sectoriales que intentan poner en vigencia el acuerdo. Dieron el presente los sindicatos y las empresas del sector en el Ministerio de Producción donde se desarrolló el encuentro. El primer punto álgido es que los índices inflacionarios de febrero volverían a mostrar subas por encima del promedio en los bienes de primera necesidad lo que –por buena voluntad que haya- tensa la soga a la hora de los acuerdos.
La reunión estuvo encabezada por el ministro, Matías Kulfas, y participaron distintos eslabones de la cadena de la industria alimenticia donde el Gobierno propuso algunos ejes contra lo que considera aumentos “injustificados”.
«Esta mesa no es para buscar culpables sino para encontrar soluciones», señaló el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, para aliviar tensiones luego que desde la Secretaría de Comercio Interior se multara a 12 compañías que iban en el sentido contrario del acuerdo, y los empresarios comenzaran a hablar de “persecución” y de la vuelta del “estilo Moreno”.
El reproche parte de que el funcionamiento integral de la cadena de alimentos no fue homogénea: «En el 2020 cerramos con una inflación del 36,5%, pero los productos frescos subieron mucho más, por ejemplo». La explicación en parte estuvo dada por “aumentos en insumos, tanto en la fase primaria, como agroquímicos, como en la fase industrial», pero muchos no encuentran razón de ser.
Por ese motivo es intención del Gobierno «establecer compromisos cruzados, donde cada sector haga su aporte y entre todos converjan a los objetivos macroeconómicos», se adelantó en el encuentro en el que los industriales pidieron “fin para congelamiento y la prohibición de despidos”.
En la reunión estuvieron presentes representantes de las firmas productoras de alimentos Arcor, Molinos Ríos de la Plata, Nestlé, Unilever, AGD, Ledesma, Danone, Granja Tres Arroyos, la Copal, el consorcio de exportadores de carnes ABC y Mondelez, entre otras. También la Asociación Supermercados Unidos (ASU) y del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA).
A ellos se sumaron representantes de la Sociedad Rural Argentina, de la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas Sin Alcohol; Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines; Cámara de Armadores de Pesqueros Congeladores de la Argentina; Centro de Empresas Procesadoras Avícolas; la Cámara Argentina de Productores Avícolas; el Centro de Industria Lechera y la Cámara de Industriales de Productos Alimenticios, entre otras.
Desde el arco sindical, hicieron su aporte la Confederación General del Trabajo (CGT), la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), el Sindicatos de Trabajadores de Industrias de Alimentación (STIA), entre otros gremios de las distintas ramas del sector.
El sector alimenticio es el que viene registrando los mayores incrementos de precios, una tendencia que se fue profundizando durante la pandemia y los movimientos del dólar, con su consiguiente impacto en la inflación y en los niveles de pobreza.
A la par de la suba de precios, comenzó a notarse además un incipiente desabastecimiento de productos en las góndolas, que los fabricantes atribuyeron a los inconvenientes laborales y de logística que genera la pandemia, aunque especialistas del sector sospechan sobre una posible especulación a la espera de mejores precios.
Ya el mismo Fernández les pidió la «ayuda a los gobernadores» para el combate contra la inflación. «Yo les pido que me ayuden identificando dónde se generan las distorsiones, porque tenemos que ser implacables», remarcó el jefe de Estado sobre los aumentos de precios. Y también se lo han pedido a los intendentes y hasta les han delegado facultades para accionar, pero nunca con demasiado éxito.