El presidente Alberto Fernández encabezó este viernes en Casa Rosada un almuerzo con dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT), con quienes dialogó sobre la recuperación del poder adquisitivo y las medidas a las que apunta el Gobierno en medio de las aperturas ante la baja de casos de coronavirus.
Ese fue el concepto formal, pero lo cierto es que las entrelíneas que se desprenden del encuentro son la necesidad de apoyo mutuo para mantener la gobernabilidad, del país en el caso de Fernández y de la CGT en el caso de los históricos dirigentes que se juegan la conducción a partir de la renovación de autoridades el próximo 11 de noviembre.
Ambos serán puestos a prueba, y de sendos actos democráticos desearían salir fortalecidos, aunque en ambos casos la situación es compleja. En el Gobierno ven difícil revertir el resultados de las PASO, más allá de la batería de medidas adoptadas para éstos dos meses, y en la CGT, otro tanto, deberán adaptarse a la posibilidad de incorporar otros sectores como el moyanismo o la Corriente Federal que tienen su propia impronta.
Los temas centrales giran siempre en torno a fortalecer el poder adquisitivo del salario por sobre la inflación y también a la necesidad de fondos para las obras sociales sindicales, que se encuentran con los números en rojo, desde larga data y a los que se sumó el impacto negativo de la pandemia, lo que hace necesario el desembolso del Gobierno para mantenerlas en pie con prestaciones eficaces.
Del encuentro también participaron el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y los ministros Eduardo «Wado» de Pedro (Interior) y Claudio Moroni (Trabajo). Estuvieron presentes por la central sindical Héctor Daer, Carlos Acuña, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Armando Cavalieri, José Luis Lingieri, Antonio Caló y Rodolfo Daer.
Pero se agregó una figura más, que últimamente suele frecuentar éstos encuentros: el secretario de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y miembro del Consejo Económico y Social, Esteban «el Gringo» Castro. Uno de los actores principales de los movimientos sociales que da la pelea para cambiar planes por trabajo genuino, condición clave para ingresar a formar parte de la Confederación General del Trabajo en igualdad de condiciones.
A gusto con la llegada de Juan Mansur al poder, los dirigentes sindicales, dejaron su «compromiso» de alentar y fortalecer la campaña oficialista, en busca de revertir el duro golpe sufrido en las urnas el 12 de septiembre, y de acompañar al presidente, más allá de las críticas, conscientes de que un envalentonamiento de Juntos por el Cambio, dibuja un escenario complicado para el 2023.