Las proyecciones de inflación para 2019 realizadas por consultoras privadas en general parten de un piso del 35% que ya supera las metas oficiales del 30%. Pero además alertan sobre el peligro de que una eventual disparada del dólar pueda llevar a la evolución del Índice de Precios al Consumidor a números similares al 48% registrado en 2018 o a cifras aún superiores.
El veranito financiero que mantuvo a la divisa estadounidense estable en los primeros meses del año podría ir perdiendo su poder a medida que comience a desenvolverse el calendario electoral en todo el país, que contempla cómo mínimo una elección mensual a partir de abril. En cualquier caso, lejos de las afirmaciones del presidente Mauricio Macri sobre una inflación en baja, la cifra para febrero podría estar más cerca del 4% que del 2,9% registrado en enero.
El economista Mariano Kestelboim, quien anticipa una inflación de entre 35 y 40% para el año, analizó: “Hoy la gran mayoría se ubica entre 31% y 32% a pesar de que todos siempre se equivocan en manada y para el mismo lado. La única política clara del Gobierno es la de contener el dólar, aunque la Argentina es hipersensible al contexto internacional. Mientras no haya noticias que puedan generar pánico se va a mantener en el piso de la banda, pero si llega a haber algún problema a nivel global puede llegar al techo o incluso superarlo”.
El analista Hernán Hirsch consideró que la inflación se ubicará en un piso de 35% pero reconoció que podría llegar al 50% “ante un escenario en donde la estrategia cambiaria salga mal”: “La tasa de inflación está un escalón más arriba que antes, con esta política monetaria vetusta, un gobierno sin credibilidad, mucho más debilitado políticamente que en 2017, y las elecciones no te ayudan”.
Por su parte, el analista senior de TMG Target Market Global Jorge Compagnucci consideró que en el próximo trimestre “habrá una agudización a nivel regional” de la salida de capitales (que ya fue récord en 2018 en nuestro país), lo que configuraría “un segundo shock externo” entre marzo y agosto en los países emergentes. En ese contexto, prevé una inflación de entre 52% y 57%, acompañado de una caída del PBI de 4%. “En abril el dólar va a estar entre $43 y $45, pero habrá máxima tensión cerca de las elecciones y podría ubicarse entre $73 y $82”, concluyó, anticipando un escenario en el que casi seguramente habrá que renegociar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Luego de analizar los datos recogidos por la misión revisora de cuentas que concluyó hace algunos días, el propio FMI recalaría sus pronósticos inflacionarios para nuestro país, abandonando la cifra de 27% para acercarla más al 35% que anticipan los analistas privados.