Con tasas altas tasas para los créditos a la producción y el consumo, las ventas caen por falta de financiamiento y se resiente la producción, «sobrestockeada» y con una recesión que se extiende en el calendario más de lo previsto.
Las tasas para los créditos a la producción y al consumo siguen altas pese a que el Banco Central ha logrado bajar más de 10 puntos la tasa de referencia y hoy roza el 65%. Los costos para financiar capital de trabajo no bajan tampoco de ese porcentaje. Es el caso de la maquinaria agrícola, los utilitarios o hasta las propiedades que han caído en un 40% en relación con el año pasado.
Los datos de la Asociación de Concesionarias muestran por ejemplo que en el rubro automotriz en enero las ventas de autos bajaron un 50% interanual. Los planes de ahorro se “pincharon” por lo “inaccesible” del financiamiento, uno de los principales estímulos de las ventas.
La situación en el mercado inmobiliario es similar. En la provincia de Buenos Aires «entre 2017 y 2018 las escrituras de hipotecas cayeron un 80% y las ventas de inmuebles un 33%. El Colegio de Escribanos lo atribuyó a la variación del dólar y la falta de créditos».
Según datos oficiales los préstamos en pesos al sector privado cayeron 3,7% en términos reales respecto de diciembre. Las bajas más profundas fueron en los créditos destinados a financiar a las empresas: -4,8% para los adelantos y -4,6% para los documentos.
En enero, la tasa de los préstamos otorgados mediante documentos a sola firma promedió 65,2% según el relevamiento del Central, lo que significa que en un año los costos se duplicaron – de 33,6%, en enero pasado a 67,90% este año-. El piso se había registrado en noviembre pasado con una tasa de 75%.
Si analizamos el caso de los documentos a sola firma el salto fue aún mayor: en un año pasaron de 26,71% a 65,16%.
Al compás de la caída de la actividad, que rondó el 2,5% el año pasado, y de la pérdida del poder adquisitivo -estimada en una merma del 10%-, los créditos se fueron achicando. A esto contribuyó también el encarecimiento del financiamiento desatado a partir de la devaluación y de la suba de la tasa de interés. En el 2018 la tasa de referencia del sistema tocó un techo del 73% y cerró el año en 60%. Esto hizo que los préstamos a empresa se dispararan al igual que la financiación al consumo, con tasas que no bajan del 80% y que dejaron a buena parte del sector privado fuera del sistema.
Según el informe del Central, las mayores caídas se dieron en los documentos, los bienes en locación financiera (leasing) y los prendarios, con bajas de -41%, -32% y -27%, respectivamente, lo que hace que desde las mismas entidades bancarias admitan que “a estas tasas nadie intenta tomar créditos. »