Luego de la satisfacción del gobierno de haber concluido en paz la organización del G20, -convocado por primera vez en la Argentina y en toda Latinoamérica-, la realidad de una economía en recesión y la tensión propia del mes de diciembre -con números alarmantes de desocupación y pobreza- harán volver rápidamente a Mauricio Macri a la realidad nuestra de cada día.
De hecho, los sindicalistas que fueron invitados a participar de algunos de los cónclaves del G20 brillaron por su ausencia, en un gesto de «desaire» y aunque la CGT desactivó la posibilidad de un paro general antes de fin de año, continúa el férreo reclamo por mejores condiciones de trabajo y salarios y avanzan algunas medidas de fuerza sectoriales como el paro de los docentes de este lunes o el paro nacional con movilización de la UOM anunciado para el próximo 6 de diciembre.
También el comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina ( UIA) está en lista de espera de alguna batería de medidas que le permita revertir la crítica situación por la que atraviesan las fábricas argentinas pues se presenta un escenario de inevitable caída de empleo por la contracción del mercado interno, que puede incluir nuevos cierres de PyMEs y varios dirigentes del sector avanzan con el pedido de un plan urgente para el desarrollo de la producción manufacturera que evite la sangría laboral.
En el mismo sentido, un estudio de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo a través de un exhaustivo informe permite constatar el panorama desolador para el mundo del trabajo en la Argentina y le pone números a la crisis.
El estudio del Observatorio de Empleo de la UMET, analiza la producción de datos oficiales y, a partir de eso, reinterpreta lo que es el impacto que estamos viendo, vinculado a destrucción de empleo» explicó Trotta, rector de la universidad quien denunció que “100 mil puestos de trabajo se han destruido en los últimos cuatro meses, exactamente entre marzo y julio, de los cuales hay casi 34 mil puestos de trabajo perdidos en el empleo formal privado que son los trabajadores registrados de mejores salarios”.
«Eso conlleva a lo que fue el último dato oficial presentado, que mostró un aceleramiento de crecimiento de la desocupación de 1 punto interanual, llegando casi a los dos dígitos -9,6%-, lo que desnuda la problemática de la pérdida de trabajo y la precarización del trabajo con la creación de puestos precarios, en plena informalidad” describe el informe.
Esto tiene que ver con que hay sectores, como la construcción, que antes generaban empleo genuino y que ya no lo hacen principalmente producto de la restricción de la obra pública a raíz del ajuste que se viene realizando para poder cumplir los compromisos asumidos con el FMI.
El desempleo va de la mano de la generación de mayor pobreza, provocada también porque el salario rinde menos, con lo cual la situación de los sectores más vulnerables “es preocupante” dejando al desnudo el grado de crisis que vive Argentina no sólo en los sectores populares sino también en la clase media.
Aun cuando, de acuerdo a las predicciones más optimistas, el Economía comenzará un ciclo ascendente a partir del segundo trimestre del año que viene, la suba en la actividad productiva deberá ser de alrededor del 3% -como piso- para retomar el empleo en la industria, con lo cual muy lejos estamos de generar un escenario positivo en el corto plazo, por lo que el presidente Macri y todo su gabinete tendrán que darse un nuevo “baño de realidad” e intentar en el último año de gestión –y en plena campaña electoral-, un giro de timón que, en lugar de continuar expulsando trabajadores del sistema, pueda comenzar a crear nuevos puestos genuinos de trabajo.