Mientras que se registraban protestas de trabajadores ferroviarios tercerizados en Constitución y en Retiro, distintos movimientos sociales convocaron a una masiva movilización frente al Ministerio de Desarrollo Social, reclamando un aumento de urgencia en los planes sociales que reciben ante la disparada inflacionaria de los últimos meses.
Una gran columna de manifestantes cortó durante horas el tránsito sobre la Avenida 9 de Julio, con representación de organizaciones como el Polo Obrero, el Movimiento Teresa Rodríguez (MTR), Barrios de Pie, el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), el Bloque Piquetero Nacional y el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), entre otras agrupaciones. Durante la mañana el corte incluyó al Metrobus, que ya fue liberado, pero algunos carriles de la 9 de julio continúan ocupados por un acampe que se sostendrá frente a la sede principal de la cartera encabezada por el ministro Daniel Arroyo.
En horas del mediodía, la protesta de estos sectores se mezcló con el reclamo de los pasajeros que protestaban en Constitución por las complicaciones para viajar derivadas del corte de vías que llevaron adelante los tercerizados del tren Roca a la altura de la estación Darío y Maxi, lo que incluso llevó a choques con las fuerzas de seguridad, configurando una jornada caliente en términos de dinámica callejera.
Las actividades se enmarcaron en una “jornada nacional de lucha de la unidad piquetera”, con consignas por un aumento del salario mínimo al nivel de la canasta de indigencia y el rechazo a las bajas del programa Potenciar Trabajo. “Salimos nuevamente a las calles a reclamar respuestas de un gobierno que prometió cambiar el desastre macrista pero a casi dos años sigue con las políticas de ajuste”, detallaron voceros de las organizaciones.
Respecto del reciente adelantamiento del aumento en cuotas del Salario Mínimo, confirmado hace algunos días por el ministro de Trabajo Claudio Moroni, consideraron que expresa “el reconocimiento tardío de la miseria salarial de millones de trabajadores, jubilados y programas sociales de empleo precario que sobrevivimos con un ingreso de miseria, 24 mil pesos al día de hoy y con la mitad de ese monto de los programas sociales, es decir 12 mil por mes”. Y añadieron: “No puede ser que los ingresos de un trabajador y de un jubilado estén por debajo de la canasta de indigencia. Ningún trabajador debería cobrar menos de la canasta básica, hoy en $65.000”.
Más allá de la estrategia oficial de adelantamiento del aumento del Salario Mínimo, de los incrementos en la Tarjeta AlimentAR y de otras estrategias para minimizar el impacto de la crisis derivada de la epidemia en los sectores sociales más desfavorecidos y minimizar las manifestaciones callejeras de protesta contra el Gobierno, lo cierto es que en los últimos meses las movilizaciones vienen multiplicándose, el ritmo del aumento de la pobreza y la desocupación, dinámicas que la importantísima inversión social que está realizando el Estado en estos sectores no logra paliar completamente.