La Central Obrera Boliviana (COB), celebró el retorno a la democracia en Bolivia luego de once meses de un gobierno que “se alió con los empresarios”, persiguió “sindical y judicialmente” a los trabajadores y no aplicó “ni una sola medida” que favoreciera los intereses de los más desprotegidos.
Para el secretario de relaciones internacionales de la Central Obrera Boliviana, Francisco Quispe, el triunfo del candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), Luis Arce, evidenció que las acusaciones de fraude que tanto la Organización de los Estados Americanos (OEA) como los sectores empresariales de Bolivia empuñaron contra Evo Morales, fueron un pretexto para dar un golpe de Estado.
Según Quispe, los trabajadores “sufrieron y padecieron en carne propia” la alianza de los sectores empresariales, las elites del poder económico y las fuerzas que gobernaron durante los últimos once meses en Bolivia, bajo la presidencia de Jeanine Áñez.
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Portillo denunció que el gobierno de Áñez, previo a los comicios del 18, “sacó a la calle al Ejército” y la Policía “para amedrentar al pueblo boliviano”, pero la Central Obrera Boliviana instruyó no solamente a sus afiliados sino a la población en general “a no caer en las provocaciones” como forma de garantizar el voto libre y democrático. “Los trabajadores hemos sido garantes y celebramos la recuperación de la democracia que logramos en el día de ayer”, subrayó.