En la provincia de Santa Fe, el nuevo sindicato de Camioneros cuenta con dos facciones que se disputan la conducción del gremio y hasta el momento no existe posibilidad de tregua. La situación se visualizó cuando se desarrolló una asamblea en la que uno de los sectores quedó afuera, pidió que se realice un nuevo encuentro y hasta cuestionó la documentación que permitió al gremio inscribirse en la cartera laboral.
Por un lado, se encuentra el grupo de Sergio Aladio, actual líder del sindicato provincial, y por otro el bando que responde a Juan Mateo Chulich, quien se se identifica como el referente local de Hugo Moyano y motorizó la inscripción gremial del Sindicato de Choferes de Camiones, Obreros y Empleados de Transporte de Cargas y Logística de la provincia de Santa Fe.
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En este marco, Chulich fue denunciado ante el Ministerio de Trabajo porque, de acuerdo al afiliado Damián Walter Bieber, no presentó la documentación correspondiente, afirmó que “no hay padrón” y que el domicilio declarado como sede gremial “no existe”. Por eso, la asamblea que se convocó el pasado jueves carece de total validez.
Incluso la acusación estableció que “han dibujado todas las adhesiones, en perjuicio de nosotros, que somos los verdaderos adherentes” y por eso pidió una nueva “asamblea de verdad”. La tensión fue tal que ambas facciones confluyeron en el gremio y, cuando una de ellas no ingresó, decidió hacer con presencia de escribanos su propia asamblea, en medio de un fuerte operativo policial que cortó la calle Buenos Aires y generó un caos en el tránsito de la ciudad.