La aceitera Vicentin confirmó esta semana la venta de parte de su paquete accionario en Renova a la firma Glencore y la utilización de lo obtenido por la operación para el pago de obligaciones. La empresa continúa en diálogo con provedores y acreedores para reestructurar su deuda y mantener las fuentes de trabajo.
Hace algunos días se supo que la empresa había frenado un pago de 350 millones de dólares, reconociendo que atravesaba “una situación de estrés financiero” producto del aumento de las tasas de financiamiento, el cierre de mercados y el costo de producción argentino.
En ese contexto, ahora Vicentin se desprendió del 16,67% de las acciones que tenía en la empresa productora de harinas, aceites de soja y biodiesel Renova, que fueron transferidas a la multinacional Glencore, grupo suizo con el que hasta el momento compartía por mitades el paquete accionario. A partir de la operación, Vicentin se queda con un 33,33% y Glencore con el resto.
Vicentin congeló un pago de USD 350 millones y plantea reestructurar su deuda
Desde la empresa informaron: “Cómo ha tomado estado público, creemos importante señalar que la venta parcial de nuestra tenencia accionaria en Renova, ha sido el resultado de negociaciones que tuvieron inicio tiempo antes de las circunstancias informadas a la Bolsa de Comercio de Rosario y fue contratada también con anterioridad a nuestro comunicado de fecha 6 de diciembre de 2019”.
El directorio de Vicentin (empresa de capitales 100% argentinos) se añadió que “el producido de la venta indicada fue aplicado en tal oportunidad a atender obligaciones del giro de la sociedad”. Y concluyó afirmando que “el empeño de Vicentin -como hemos comprometido- pasa por restablecer su estructura operativa, defender sus activos industriales, sus fuentes de trabajo y honrar sus obligaciones, priorizando la reanudación de nuestro flujo de trabajo con los productores”. El objetivo es evitar llegar al pedido de Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC).