En medio de la crisis económica más importante en 15 años y con una devaluación que se acelera, General Motors, antes la escasa demanda, decidió paralizar la producción por dos semanas. Esta determinación se alcanzó con la anuencia del gremio SMATA que representa a los trabajadores.
Así, 1400 empleados se quedarán en sus casas por 8 semanas. Luego de ese período, habrá suspensiones rotativas que incluyen a 355 trabajadores. De acuerdo a lo que trascendió, los operarios mientras estén licenciados cobrarán el 70% del salario neto y esta metodología de ajuste se extenderá hasta febrero próximo.
Desde el sindicato señalaron que «la compañía pedía la suspensión de 350 trabajadores durante seis meses. Consensuamos con la empresa que la suspensión sea rotativa. Todos cobrarán el 70% del salario de bolsillo. El proyecto de inversión se mantiene para el nuevo vehículo en 2021».
Y dejaron en claro que la situación económica impactó de lleno en el sector, debido a la abrupta caída de la demanda y las dificultades que existen al momento de financiación (clave para obtener un vehículo), pese a los subsidios que otorgó el Gobierno: «La producción bajó a 18 autos por hora. La caída de ventas alcanza el 50%. Tienen más de 20.000 autos en la playa», enfatizó SMATA.