Este martes se lleva adelante un paro general de actividades en Uruguay, convocado en defensa “del empleo, de las condiciones de trabajo y de la negociación colectiva”, específicamente contra la empresa brasileña Petrobras y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En un contexto de estancamiento económico, luego de casi 16 años de crecimiento, las centrales gremiales uruguayas convocaron a la medida de fuerza como protesta por el anuncio de Petrobras de retirarse de Uruguay, vendiendo su rede de estaciones de servicio y la distribución por gasoductos, en lo que entienden que es una maniobra de presión contra el gobierno del Frente Amplio y una estrategia para renegociar mejoras en los contratos de concesión que detenta en Uruguay.
Hace algunos meses, la estatal brasileña despidió a trabajadores de su división gasífera, que llevaron adelante una huelga de hambre para que se le quite la concesión del servicio de distribución de gas natural, que tiene desde el 2004.
El paro general también se lleva adelante contra la presentación de las cámaras empresariales ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que informó al gobierno de Tabaré Vázquez que debe modificar la ley de negociación colectiva, cuestionada por las cámaras patronales. Según el organismo internacional, los cambios deberían hacerse antes de octubre (cuando se disputará la primera vuelta electoral en Uruguay) y a través de un proyecto de ley enviado al Parlamento, que debería contar con el acuerdo de la central gremial PIT-CNT y de los representantes patronales. El 1 de septiembre, el Ejecutivo uruguayo debería presentar ante la OIT una memoria detallando “las medidas adoptadas para realizar progresos”.
