Ante los dichos de que se anunciarían acuerdos de precios, las empresas productoras de alimentos se apuraron a renovar sus listas de precios en la previa. Nada nuevo en la Argentina, particularmente cuando se demoró excesivamente entre el anuncio mediático y el oficial, que todavía no llegó.
En paralelo a las negociaciones entre supermercadistas y funcionarios para negociar un congelamiento de precios, directivos de esas mismas compañías ponían en vigencia nuevas listas de precios, con fuertes incrementos en productos de la canasta básica.
La nueva ola de remarcación de precios incluye a productos como fideos, yerbas, arroz, lácteos, harina y aceites. Todos artículos de primera necesidad, justo los que el Gobierno intenta disciplinar.
Respecto a estos aumentos, algunos con vigencia inmediata y otros a partir del 2 de mayo, tendrán un impacto en los precios que se exhiben en las góndolas de los supermercados y en los comercios de barrio.
Las subas van del 4% al 10,4%, que se suman a los incrementos que, en la mayoría de los casos, ya habían tenido el mes pasado. Hay también algunas excepciones en productos que aumentan sorpresivamente hasta un 20% como el café instantáneo sin justificar su estacionalidad ni razón aparente alguna. Y dan una idea de la dificultad para contener la inflación en los alimentos, que acumula alrededor de nada menos que el 60% en los últimos 12 meses.
La imparable suba de precios de la comida se ha transformado en un desafío político para el gobierno. El malhumor social y la extensión de las críticas a los socios de Cambiemos obligaron a los funcionarios a trabajar sobre un acuerdo de precios. Una herramienta en la que no confían los propios impulsores. Todo lo contrario, históricamente fueron detractores de esa intervención estatal en los precios de la economía.
Así fabricantes justificaron subas en el aceite, la yerba, el arroz o los fideos. Los lácteos son un caso aparte. Se trata de uno de los rubros que más se están encareciendo. Ahora, las listas van con incrementos de hasta 8% en el caso de los quesos. El «cremoso» figura al tope de la nueva lista de precios. Aquí también está influyendo la caída en el nivel de producción, por un lado, y el alza del precio internacional de la leche en polvo. De hecho, las exportaciones de leche se expandieron 37% el año pasado.
Sin embargo, las nuevas listas de precios sorprendieron a los funcionarios de Producción, que vienen negociando la renovación del programa de «Precios Cuidados» con los mismos empresarios que, antes del fin de semana, enviaron las remarcaciones a supermercados y mayoristas.
La novedad, además de la lectura política que pueda realizarse, marca el momento complicado en que se encuentra la economía argentina. La dinámica inflacionaria, que no se toma respiro a pesar del apretón monetario y las elevadas tasas de interés.
En unas pocas horas, el Indec informará que la inflación de marzo que se anticipa cercana a un 4%, con lo cual la inflación interanual se estacionará nuevamente por encima del 50%. Y, lo más grave, que la inflación de los alimentos ya trepa al 60% interanual. En el primer trimestre del año, la suba de estos productos acumuló alrededor del 14%.