Vuelta a clases: presión para su inicio, entretelones judiciales y renuncias

Ya hacia fines del 2020 se habían multiplicado las demandas de las familias de los alumnos, tanto de los colegios privados como públicos para el inicio de clases presenciales. De hecho se hicieron varias mediciones y pedidos de firmas. Muchas de ellas pusieron sobre la mesa una real necesidad ciudadana y otras generaron polémicas y enfrentamientos políticos de todo tipo que generaron enfrentamientos mediáticos y desgaste de gestión.

Lo cierto, es que en muchos casos la falta de vuelta a las clases se asoció a la «falta de voluntad del docente», o se responsabilizó directamente a los gremios de la “obstrucción” para que el ciclo lectivo -por supuesto, con nuevos protocolos- se lleve a cabo dentro de las aulas.

Hoy parece recalentarse ese escenario otra vez, frente a la «incertidumbre» sobre la modalidad del comienzo de las clases 2021. Por ese motivo , tras las quejas de los padres, por ejemplo los colegios Carlos Pellegrini y Nacional Buenos Aires anticiparon públicamente que “este año nos encaminamos a un sistema, mixto donde la virtualidad tendrá un papel importante, pero potenciado por la oportunidad que nos da el volver a vernos en las aulas”, lo que garantiza por lo menos un porcentaje de presencialidad.

Desde el Gobierno de la Ciudad continúan a pie firme con la idea de que los colegios dependientes de la gestión local podrán recibir a cada uno de sus alumnos los cinco días de la semana -tal vez en una jornada simple en lugar de doble- pero de lunes a viernes en forma presencial.

Todas estas disputas de alto voltaje no han sido gratuitas. Luego de 6 años y 11 meses de trabajo en el Gobierno de la Ciudad, habría renunciado la «directora del nivel primario», oficialmente asesora pedagógica en el Ministerio de Educación de CABA , quien además de maestra, fue también asesora de la Dirección Gral. de Carrera Docente y luego de la Unidad de Evaluación (UEICEE); alguien de notoria influencia, con un valioso “expertise” que en la educación suele ser muy valioso.

Ya atravesó en agosto, Nicolás Trotta, en Nación, una situación similar con el alejamiento de la viceministra de Educación, Adriana Puiggrós, reemplazo del que nunca se supo y que dejó un vacío importante y notorio dentro de su cartera.

Es que, como si fuera poco, hasta la Justicia intervino a pocos días del inicio del ciclo lectivo, algo inaudito hasta ahora. Fue el juez Gallardo quien pidió “explicaciones” al gobierno de Rodríguez Larreta por los protocolos a aplicar y por la seguridad de los docentes, algo que fue tomado como una “intervención política” y recusado inmediatamente, y cuyos resultados finales habrá que esperar.