En los próximos días la ministra de Salud Carla Vizzotti convocará a las cámaras de la industria alimenticia para avanzar en la reglamentación de la ley de Etiquetado Frontal, incorporando los octógonos negros que alertan sobre exceso de azúcares, de socio, de grasas o de calorías al frente de muchos productos alimenticios. Aunque la ley se basa en criterios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las empresas la resistieron hasta último momento y ahora esperan los detalles finales de la reglamentación.
Después de aprobado, la ley da 180 días para que las grandes empresas incorporen los octógonos a los paquetes, mientras que las cooperativas y las pymes tendrán hasta 12 meses. Muchas empresas consideran estos plazos incumplibles porque hay que adaptar todo el sistema de packaging.
Con 200 votos a favor, Diputados convirtió en ley el proyecto de Etiquetado Frontal de alimentos
Vizzotti ya tuvo una reunión en noviembre con representantes del sector alimenticio para transmitirle “tranquilidad” a las empresas mientras corría el plazo de 90 días para la reglamentación de la ley promulgada el 12 de ese mismo mes. El Ministerio de Salud anticipó que la reglamentación saldría en febrero.
Tras la promulgación de la ley, los paquetes de alimentos con algunos niveles altos deberán tener un etiquetado frontal con un octógono negro que indique si contienen edulcorantes (la indicación deberá ser acompañada con la leyenda «no recomendable en niños/as»). También deberán explicitarse los valores máximos de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodios a partir del perfil de nutrientes de la OPS. También será obligatorio delcarar el contenido cuantitativo de hidratos de carbono (disacáridos y monosacáridos) y se prohibirá que los alimentos y bebidas que tienen algún sello de advertencia incorporen información nutricional complementaria, frases o logos con el aval de sociedades científicas o ilustraciones de personajes infantiles, animaciones, deportistas, etc.