Ininterrumpidamente, la huelga nacional de aceiteros y recibidores de granos cumplió dos semanas y continúa vigente, si bien la intención era dar fin al conflicto antes de Navidad, se ha buscado acercar posiciones pero «aún no ha sido posible», reconocieron desde el sector a Estado de Alerta. No hubo acuerdo para una nueva reunión con lo cual continúan a la espera de encontrar una salida «cuanto antes».
Lo cierto es que hubo charlas pero fueron informales y fracasaron. Las plantas y los puertos siguen paralizados y más de 100 buques permanecen a la espera de cargar las semillas.
La medida se inició el pasado miércoles 9 de diciembre e incluye a la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA), popularmente conocidos como la Federación de Aceiteros, el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo (SOEA) y la Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA) quienes iniciaron una nueva huelga nacional en unidad que paraliza la industria aceitera y la exportación de granos.
La instancia de la conciliación obligatoria ya quedó atrás y vencieron los plazos. Pero además las posturas parecen inflexibles, de modo que no hay avances en la negociación. De hecho, aunque informales, continúan charlando y aunque en algún momento parecía que se iba a encauzar la situación, finalmente el diálogo fue inconducente.
Los sindicatos denunciaron al sector patronal por especular con la huelga para desgastar al Gobierno Nacional: «Las mismas empresas que no liquidan dólares apostando a la devaluación, buscan culpar a los sindicatos de su accionar especulativo», afirmaron en un comunicado el 16 de diciembre pasado.
Mientras tanto, versiones encontradas dificultan el diálogo y el campo reclama al Gobierno su intervención para que destrabe el conflicto en los puertos cerealeros en plena cosecha de trigo y de cebada que va directo a exportación.