Todavía continúan las repercusiones del debate del pasado domingo. Allí José Luis Espert, el candidato liberal, apuntó los dardos contra el sindicalismo y propuso quitarle las obras sociales a los gremios y limitar el derecho a huelga de los docentes.
El candidato de derecha que obtuvo cerca de cuatro puntos en las elecciones de octubre representando al partido Despertar, que en la ciudad apoya a Larreta, acusó a Hugo Moyano de “currar” con la justicia social del peronismo.
También en cuanto a la forma de salir adelante en economía puso en riesgo al sector del trabajo, pues señaló que para salir adelante “necesitamos un Estado de impuestos razonables y costos laborales mucho más reducidos que en la actualidad», lo que puede traducirse como un fuerte ajuste sobre los trabajadores estatales, además de una posible flexibilización del empleo.
En sus propuestas para Educación y Salud, Espert planteó declarar a la primera como servicio público «para limitar el derecho a huelga» de los docentes y envió otro mensaje a un gremialista. «Basta de paros, Baradel», dijo al responsabilizar al titular de SUTEBA de la pérdida de clases por “paros reiterados” y pidió por un calendario de clases de “190 días”.
Cuando apuntó concretamente al sistema de obras sociales sindicales fue al referirse a políticas sanitarias. Allí mostró su ideología antisindical y su propuesta sobre las obras sociales de ir a un «sistema integrado entre la salud pública y las prepagas como existe en europa» en la que anticipó, para ello la idea de «quitarle la obra social a los gremios».
En cuanto a la situación de los jubilados señaló que «para que se pueda pagar el 82% móvil tiene que haber cuatro trabajadores activos por cada jubilado y hoy solamente hay dos», no explicitó si esto significa duplicar la creación de empleo formal, o concretamente también recortar el sector de la tercera edad a la hora de acceder a sus beneficios.
