Este viernes centrales sindicales, movimientos sociales, organizaciones políticas y agrupaciones feministas concentran en Plaza Congreso para conmemorar un nuevo Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en el marco de un nuevo paro de mujeres. Este año el reclamo tiene nuevos componentes por la amenaza del gobierno de Javier Milei de derogar la ley de Interrrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), el cierre del Ministerio de la Mujer y la gravísima crisis económico-social que provocan las nuevas políticas estatales, que golpean más duramente a mujeres, niños y diversidades.
Precedido por eventos que se convirtieron en bandera de lucha por la igualdad, como el famoso incendio de la fábrica textil estadounidense de Cotton, en el que murieron 129 mujeres, y por varios años de reivindicaciones de los derechos de las mujeres por organizaciones socialistas de distintos países, sobre en Europa y los Estados Unidos, la celebración del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo se convirtió en una práctica mundial en 1914. Recién en 1977 la ONU reconoció oficialmente al 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer con el objetivo de reivindicar el trabajo por los derechos de las mujeres y promover su participación en los distintos ámbitos de la sociedad para su emancipación.
Desde la Confederación General del Trabajo (CGT) convocaron a movilizar para defender “los derechos que se consiguieron en los últimos años en defensa de las mujeres”, planteando en particular la necesidad de desactivar el Decreto de Necesidad y Urgencia 70, dictado por Milei, que se encuentra vigente y es utilizado diariamente para la ofensiva oficialista contra los derechos de las mayorías. La central obrera comenzó la jornada con una conferencia de prensa en el Salón Felipe Vallese de la histórica sede de Azopardo, para luego sumarse a la concentración en Congreso a partir de las 16.
Además de la CGT, las dos CTA, la Corriente Federal de Trabajadoras, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) y Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) remarcaron que, además de las históricas reivindicaciones del movimiento feminista por la igualdad de derechos y contra la violencia patriarcal, este 8 de marzo también se repudiará el DNU 70/2023 y se le pedirá a los legisladores “que voten en defensa de nuestros derechos y del futuro de la Patria”.
Desde las distintas organizaciones políticas y feministas se consensuó un documento unitario, consensuado por las organizaciones convocantes, que se leerá en la Plaza Congreso, punto de encuentro de la mayoría de las convocatorias, aunque algunos sectores anticiparon su intención de marchar desde la Avenida 9 de Julio, por Avenida de Mayo, hasta el Congreso.
Desde el Gobierno anticiparon no sólo que se le descontará el día de trabajo a todas las mujeres que se sumen al paro (como confirmó el vocero presidencial Manuel Adorni, quien así y todo sostuvo que “no hay nadie que respete más a la mujer que este gobierno” y remarcó que “el que no haya Ministerio de la Mujer no tiene nada que ver con esto”), sino que ratificaron la vigencia del protocolo antipiquetes de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que podría aplicarse para despejar el espacio público en caso de que las columnas de mujeres movilizadas corten calles en la zona de Plaza Congreso.