Triunfa la movilización popular en Ecuador y se deroga el decreto 883

Después de diez días de masivas movilizaciones de protesta, sobre todo en la ciudad de Quito, el presidente ecuatoriano Lenin Moreno decidió derogar el polémico decreto 883 por el que eliminaba los subsidios al combustible, lo que se traducía en una duplicación de sus precios que iba a impactar en un incremento generalizado del costo de vida.

La mesa de diálogo, mediada por Naciones Unidas Ecuador y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, contó con la participación del presidente y su ministro de Economía, por un lado, y la Coordinadora de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), por otro. Finalmente la organización indígena logró quebrar la intransigencia de Moreno, quien insistía en que no iba a retroceder con la medida, e imponer la derogación del decreto como premisa para avanzar en cualquier intento de diálogo.

Jaime Vargas, presidente de la CONAIE, explicó que el decreto 883, anunciada el 1 de octubre, era “una medida que genera injusticia social, no aporta al desarrollo nacional, no tiene ninguna coherencia fiscal, ha provocado una convulsión social y una pérdida millonaria”.

Según cifras de la Defensoría del Pueblo, las masivas movilizaciones contra el gobierno y el FMI tuvieron un saldo trágico de siete muertos, 1152 detenidos y 1340 heridos, hasta que finalmente el Gobierno se manifestó dispuesto a negociar. Si bien la movilización involucró a numerosos sectores políticos, estudiantiles y gremiales, incluyendo a la mayor central obrera del país (FUT), la Conaie jugó un rol central en cuanto a la radicalidad del conflicto y fue determinante para su triunfo coyuntural.

Más allá de que logró frenar momentáneamente el proceso de movilización social con el anuncio de la derogación del decreto, el Gobierno de Moreno queda muy golpeado, con fuertes incógnitas respecto de las vías por las que optará ahora para cumplir con las exigencias de reducción del déficit fiscal exigidas por el FMI y con un descrédito socia muy grande después de las violentísimas escenas de represión que se vivieron durante las casi dos semanas de movilización popular.