Tras intensos meses de lucha, los trabajadores textiles de Sport Tech tomarán el control de la fábrica que se encuentra en la localidad de San Martín, provincia de Buenos Aires. La Justicia habilitó a que los empleados organicen una cooperativa para tomar las riendas de la compañía.
De acuerdo al fallo del juez Horacio Robledo, a cargo del juzgado en lo Comercial Nº 25, se homologó un acuerdo que les dió a los trabajadores el uso de las maquinarias y de la materia prima que había quedado dentro de la fábrica, así como de sus vehículos, luego de reconocer a los empleados como acreedores en el proceso de quiebra.
Uno de los costureros, Fernando Castillo, comentó con alegría que trabajadores ya pudieron ingresar a la planta para ponerla en condiciones: “Empezamos a limpiar y reacondicionarlas. Tenemos encargos de dos clientes para arrancar a producir y vamos a hacerlo cuanto antes”.
El conflicto fue arduo. La compañía, a cargo del empresario Pablo Enrique, no cumplió con pagos de aguinaldos ni salarios en el último año y los trabajadores decidieron ocupar las instalaciones de su lugar de trabajo en enero pasado. Existieron ordenes de desalojo, hostigamiento policial y varias movilizaciones pidiendo por las fuentes de empleo. El municipio, a cargo de Gabriel Katopodis, acompañó el reclamo para que exista una solución que se llegó gracias a una decisión judicial.
“Con este fallo de la Justicia salimos de un pozo: ya no tenemos encima la amenaza de desalojo. Pero somos conscientes de que vamos a salir a un mercado en retroceso por las políticas del gobierno nacional. Que encima ahora firmó el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea, que de ponerse en práctica va a abrir más la importación de productos textiles“, indicaron los trabajadores que en su mayoría son mujeres.
