Los trabajadores docentes de Brasil y España, al igual que en Chile, se oponen al regreso de las clases presenciales en medio de la pandemia y advierten que los contagios de COVID-19 se podrían multiplicar, exponiendo a miles de alumnos y maestros a la enfermedad que hoy causa miles de muertes.
En el caso de Brasil, es el MST (Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra) junto con la Coordinación Nacional de Articulación de Comunidades Negras Rurales Quilombolas (Conaq) son las agrupaciones que encabezan la campaña para que el retorno de los alumnos a los colegios no se concrete. Bajo el lema «volver a la escuela en una pandemia es un crimen», los dirigentes de los espacios dejan en claro que la idea del Gobierno debe ser archivada.
Para Paulo Henrique, del Foro Nacional de Educación Rural (Fonec), el objetivo pasa por «proteger a estudiantes, maestros y otros trabajadores escolares de la pandemia», debido al hecho que en algunos territorios, estudiantes y trabajadores del sector necesitan trasladarse a diario del campo a la ciudad, lo que traería un alto riesgo de propagación de la enfermedad en las comunidades, con el regreso de esta población a casa.
El colectivo que representa a profesores también estableció que el retorno a clases solo se podrá concretar cuando la pandemia sea reducida y estén las condiciones necesarias.
El reclamo es compartido por trabajadores de la educación de España. De hecho, los principales gremios del país ibérico como CCOO, UGT, CGT y STEM han tomado medidas de fuerza y descartaron la vuelta a los colegios en el corto plazo.
Además, confirmaron que habrá un paro el 4 de septiembre, en las escuelas infantiles; el 8, en los colegios de educación infantil y primaria y centros de educación especial; el 9 de septiembre, en los Institutos de Educación Secundaria y FP; y por último el día 10, con una huelga conjunta de todos los niveles y enseñanzas de la Educación Pública no universitaria.
Chile: Docentes rechazan el regreso a clases presenciales y convocaron a un paro «virtual»
Por otro lado, piensan que el retorno a clases deberá reunir las siguientes condiciones: bajar la cantidad de chicos por curso, para que se respete la distancia social; un aumento de los profesores «en cualquier escenario desde el inicio de curso»; y el aumento del personal de limpieza, administración, control, integración social y servicios educativos y complementarios.
