La presentación de un amparo dio formalidad a un reclamo que desde hacía tiempo venían señalando los trabajadores del Museo del Cine quienes denunciaron judicialmente las “malas condiciones de guarda” de materiales históricos del acervo fílmico, de alto valor patrimonial que ponen en grave peligro el patrimonio del Museo del Cine y a los mismos trabajadores.
En la calle Ministro Brin 615/617, del barrio de La Boca, hay un edificio gris de dos plantas, con un portón negro de acceso y con ventanas que parecen tapiadas. La construcción no tiene identificación sobre el funcionamiento del Museo del Cine, Pablo Ducrós Hicken que depende del Gobierno porteño.
Allí trabajan unos cincuenta empleados entre el archivo, la biblioteca y la administración. Conviven con un acervo fílmico de alto valor patrimonial que, traducido en materiales químicos, equivalen a 3.363 kilos o tres toneladas de nitrato de celulosa y 93.977 kilos o noventa toneladas de acetato. “Ambos se encuentran en mala condiciones de guarda”, dice el amparo judicial que presentó el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano, el pasado 18 de septiembre.
María Martha Notari, la delegada del personal, denuncia que “es un peligro para todas las personas que trabajamos acá y de las que viven en edificios aledaños. No es idea nuestra – señaló Martha- el inspector del Gobierno de la ciudad, Edgardo Castro, reconoció que no está habilitado y que allí puede suceder una “tragedia” como la de Iron Mountain».
Consultada al respecto, Notari señaló que “Hay archivos en diferentes soportes y materiales: papel, textil y películas que están hechas principalmente de tres materiales: nitrato, poliéster y acetato. Lo que más se acumula, protege y resguarda son el nitrato y el acetato, los más antiguos, los de más difícil conservación. Por eso lo que preocupa es que el lugar no esté preparado para este tipo de trabajos, hay muchísima humeda, las paredes no tienen las dimensiones necesarias, ni están preparadas para ese fin”.
«El patrimonio ya fue declarado en emergencia en 2011 por iniciativa de sus trabajadores y algunos diputados porteños» – pero siguen igual-. Se trata del 80 por ciento del cine mudo disponible en el país. El Museo del Cine es una especie de cinemateca, un archivo de películas. “Desde el punto de vista legal, el INCAA debería ser el lugar a donde tendrían que ir a parar las películas que se estrenan en los cines».
Pero además en el depósito no hay sólo películas. Se conservan guiones originales, materiales de vestuario, escenografías y otros elementos que no se pueden mostrar al público porque no hay suficiente lugar para guardarlos u ordenarlos. “Este museo tiene una característica que no tienen otros y es que sigue recibiendo cosas todo el tiempo».
«El presupuesto está muy por debajo de lo mínimo para funcionar dignamente» – señalan-, «y en presupuesto previsto para 2019 no está contemplado ni un peso de aumento para el Museo. A la falta de dinero se suma la desidia de los responsables políticos del museo, que puede conducir a la destrucción total de todo el material histórico y a su vez ser un riesgo para todos los trabajadores del área».