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Tras la renuncia de Alberto Manguel a la dirección de la Biblioteca Nacional, el temor a los despidos masivos persiste. Ayer, en la explanada, un gran abrazo simbólico marcó la resistencia a esa situación, donde Nora Cortiñas, Alcira Argumedo, Taty Almeida, Luis Bruchstein entre otros tomaron la palabra para contar la grave situación de la histórica entidad, ícono de la Cultura nacional.
El temor a que haya despidos masivos es la mayor preocupación, en un contexto de profundización del ajuste que está realizando el gobierno nacional. Más allá de la amenaza de que se vuelva a repetir el envío de un aluvión de telegramas, como sucedió en 2016, los trabajadores de la biblioteca han declarado la emergencia cultural por los cambios y recortes que ya está padeciendo el organismo.
“No vamos a aceptar ni un despido más en la Biblioteca Nacional ni en ningún otro organismo estatal. Estamos de pie y estamos exigiendo poder seguir trabajando. No sobran trabajadoras ni trabajadores; faltan políticas públicas” fueron algunas de las frases más aplaudidas de ayer.
El poeta y periodista Juan Rapacioli, uno de los 357 trabajadores despedidos de la agencia de noticias Télam señaló que “lo único que se puede hacer es un frente colectivo para evitar que vengan por todo y vacíen todas las áreas culturales del Estado”.