Mientras el Gobierno nacional explicita sus intenciones de transferir los hospitales nacionales a las provincias o a la Ciudad de Buenos Aires, los trabajadores de los distintos nosocomios continúan en lucha por una recomposición salarial a la altura de la inflación. En este sentido, trabajadores del hospital pediátrico Garrahan, en duro conflicto gremial hace semanas, expondrán este martes en la comisión de Salud del Senado de la Nación.
Durante el fin de semana el jefe de Gabinete Guillermo Francos aseguró que el Poder Ejecutivo no tiene intenciones de cerrar ningún centro de salud pero reconoció que buscarán transferir los hospitales nacionales a las provincias. “La salud es una responsabilidad local, que se hagan cargo”, sostuvo. Esto requeriría una negociación con las administraciones locales, a las que el Gobierno nacional les viene recortando partidas, para que acepten asumir el mantenimiento de esas instituciones.
Es responsabilidad de la administración nacional no sólo el financiamiento de hospitales como el de salud mental Laura Bonaparte, que hace unos días fue amenazado de cierre por la gestión de Javier Milei, sino también el Garrahan y otros como el Hospital de alta complejidad Néstor Kirchner (Florencio Varela); el Hospital Posadas (en la localidad bonaerense de Morón) que hace algunas semanas denunció decenas de despidos), Hospital de Alta Complejidad El Calafate; el Hospital de Cuenca Alta Néstor Kirchner (Cañuelas); el Hospital de Alta Complejidad Del Bicentenario (Esteban Echeverría); el Hospital Nacional Sommer” (General Rodríguez); el Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica Del Sur (Mar Del Plata); el Hospital Nacional y Comunidad Ramón Carrillo (Luján) y el Centro Nacional de Genética Médica.
Para implementar la decisión política de transferir los hospitales del ámbito nacional a las provincias se deberá abrir una negociación política con los gobernadores de las provincias involucrados. Si bien estarían afectados el porteño Jorge Macri y el santacruceño Claudio Vidal, que tienen ese tipo de instituciones en sus distritos, el principal involucrado será el bonaerense Axel Kicillof, con quien la Casa Rosada mantiene una pésima relación política.
En este marco, y con la continuidad de la lucha salarial en curso, trabajadores del Garrahan se presentarán este miércoles a partir de las 11 a detallar sus reclamos ante la comisión de Salud del Senado, presidida por la médica y ex gobernadora de Catamarca Lucía Corpacci. La asamblea del hospital también resolvió paro y movilización a Plaza de Mayo (junto con la comunidad universitaria, en lo que definieron como la “Marcha Blanca de la salud y la educación”) para el próximo 22 de octubre y un nuevo paro con un festival en la puerta de la institución para el jueves 31 de octubre.
En el caso del hospital Laura Bonaparte, el único nacional especializado en salud mental, luego de la amenaza de cierre y las inmensas movilizaciones en defensa de la institución de trabajadores de la institución y de otros hospitales de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires, finalmente el oficialismo acordó su continuidad (incluyendo los 600 puestos de trabajo atuales), pero con un plan de “reestructuración”, respecto del que sus trabajadores esperan conocer los detalles.
Respecto de los reclamos del Garrahan, cuya comisión directiva descabezó hace pocos días el Ministerio de Salud, por haber concedido un bono de 500 mil pesos para todos los trabajadores de la institución, que vienen reclamando hace meses por una recomposición salarial del 100%, Francos afirmó que “es un hospital importante para el país, porque marca una política nacional”, pero aclaró que “habrá que ver cuál es la mejor forma de su gestión y administración”, dando cuenta de las intenciones oficiales de seguir avanzando contra la salud pública.