Este 10 de octubre, el Día Mundial de la Salud Mental, se llevó adelante una movilización de trabajadores de distintos hospitales de la Ciudad de Buenos Aires hasta el Hospital Laura Bonaparte, que hace unos días fuera amenazado de cierre por las autoridades del Ministerio de Salud. En las puertas del nosocomio en conflicto se lleva adelante un festival artístico y cultural en defensa de la institución, la única del sistema de hospitales nacionales especializada en salud mental y consumos problemáticos.
Aunque la amenaza de cierre del Hospital Bonaparte, que había planteado el Gobierno nacional de Javier Milei el viernes pasado, parece haberse desactivado tras la firma de un acuerdo con dirigentes de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) en el que el oficialismo se compromete a garantizar la continuidad de la institución y de sus más de 600 puestos de trabajo, los médicos, enfermeros, camilleros, psicólogos y psiquiatras de la institución sostienen su preocupación y el “estado de alerta” por el proceso de “reestructuración” con el que se pretende avanzar.
La viceministra de Salud Cecilia Loccisano afirmó al respecto que “así como está el hospital es inviable”, por lo que si bien no se trasladará a los pacientes actualmente internados en el hospital, no se aceptarán nuevas internaciones (aunque se mantendrán las guardias y las consultas ambulatorias), mientras se acuerda las implicancias de la “reestructuración”, que será responsabilidad de un equipo interdisciplinario.
En el marco del acto que se llevó adelante en horas del mediodía en la puerta del hospital Bonaparte, tras la movilización en la que confluyeron columnas de diversos hospitales, porteños bajo el lema “Comunidad unida por la salud mental. Aguante la lucha del Bonaparte”, el titular de ATE nacional Rodolfo Aguiar sostuvo que “el acuerdo para frenar el cierre del Bonaparte es significativo pero la salud pública sigue estando en riesgo”.
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“Para este Gobierno, la salud es un negocio y no un derecho”, denunció el dirigente. Y añadió que Milei “pretende instaurar el mismo programa económico que la última dictadura militar”, proyecto en el contexto del que “vulnera derechos, destruye puestos de trabajo y planifica el empobrecimiento de todo nuestro pueblo”.
“Desde el 10 de diciembre no se ha implementado una sola política sanitaria ni tampoco se lanzaron campañas de prevención. Nos quieren a todos enfermos para garantizar las ganancias multimillonarias de las corporaciones médicas privadas. Mientras todos los hospitales se vienen abajo y su funcionamiento se sostiene sólo por el esfuerzo sobrehumano de los trabajadores, las únicas que crecen son las grandes clínicas y los sanatorios privados”, concluyó Aguiar.