La disputa por las tierras de la estancia entrerriana Casa Nueva, de la familia Etchevehere, muestra a las claras tanto la necesidad de terrenos para el asentamiento de iniciativas agropecuarias de decenas de miles de pequeños productores de todo el país como la tensión entre dos modelos productivos, uno con lógicas vinculadas al agronegocio, caracterizada por el extractivismo, el uso de agrotóxicos y la baja ocupación de mano de obra, y otro de carácter agroecológico, vinculado con la agricultura familiar, amigable con el medio ambiente y de uso intensivo de trabajo.
Esta semana se hizo público el conflicto cuando Dolores Etchevehere, hermana del ex ministro de Agroindustria de Cambiemos, confirmó la cesión de un 40% de las tierras de la estancia que reclama como de su propiedad a la iniciativa agroecológica llamada Proyecto Artigas, vinculada a la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), organización referenciada en el abogado Juan Grabois, quien también representa a Dolores contra sus hermanos en el juicio por la sucesión de las propiedades de su padre, Luis Félix Etchevehere, fallecido hace once años.
El llamado Proyecto Artigas apunta a la explotación agroecológica de las 1300 hectáreas cedidas mediante la producción de aves, chanchos, hortalizas, ganado y cereales para alimentar ganado. Inicialmente el plan involucra a diez familias de trabajadores rurales de la zona, número que crecería a 70 el segundo año y a 150 el tercero, buscando revertir la lógica expulsiva del trabajo propia del modelo agrario extractivista.
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La iniciativa está integrada por «movimientos sociales, profesionales del derecho, la comunicación y el cuidado del ambiente que, movilizados por la búsqueda de la verdad, la justicia y el bien común, actuamos conjuntamente en aquellas causas donde se vulneran los derechos de la Tierra; causas que han sido ignoradas, cajoneadas y/o boicoteadas por las propias instituciones de la República, corrompidas por los privilegios de quienes usan el poder en su provecho, en un sistema estructuralmente perverso». En ese marco, explican en su web, «un grupo de campesinos sin tierra, militantes y organizaciones ambientales hemos decidido acompañar a Dolores Etchevehere en la recuperación de la Estancia Casa Nueva».
Luego añaden que apuestan a «construir un modelo agrario sostenible, libre de agrotóxicos y explotación, distinto al que su familia representa» y «un proyecto productivo que cuide la madre tierra y respete los derechos de las familias campesinas». «La historia de la Estancia Casa Nueva es la historia del modelo de agronegocios que impera en Argentina, que concentra la tierra, destruye la naturaleza, envenena a las comunidades con el uso de agrotóxicos, quema humedales y expulsa a miles de familias campesinas».
Frente a las exigencias del ex funcionario macrista de desalojar las tierras en disputa, Dolores respondió: “Yo estoy en mi casa con mis compañeros, cultivando y labrando la tierra de manera sustentable”. Luego denunció a su hermano de intentar recuperar los terrenos “con patoteros, de manera ridícula”. El propio Grabois compartió desde sus redes sociales audios de terratenientes que ponen a disposición de la familia camionetas y hasta gente armada para desalojar a “los negros piojosos”. Estos dichos, amenazas y hechos de violencia de género motivaron el involucramiento en el caso del Inadi y de la Dirección Nacional de Promoción y Fortalecimiento para el Acceso a la Justicia.
Ante la protesta convocada este miércoles por el resto de la familia Etchevehere (que derivó en una serie de amenazas e intimidaciones contra los ocupantes), los integrantes del Proyecto Artigas denunciaron: “Nos enfrentamos a una mafia poderosa que se aferra con uñas y dientes a sus privilegios mafiosos. Nosotros buscamos Verdad, Justicia y Reparación con la Constitución, el trabajo y el respeto al ambiente. Ellos con la fuerza. Detrás de la fachada de productores autoconvocados, muchos de ellos engañados, se ocultan las bandas narco criminales que orbitan en torno a Etchevehere”. Y añadieron. “Le pedimos a los verdaderos productores que no se dejen engañar, no se dejen ensuciar por la mugre de los Etchevehere. Nosotros queremos que se respete el derecho a propiedad de Dolores y se le permita labrar la tierra como legítima heredera junto a las personas que eligió para compartir este sueño”.
A mi me enseñaron que hay que ser humilde en la victoria. La justicia ya falló. Con humildad, le pido, señor @lmetchevehere, que se termine la violencia. Dolores y @ProyectoArtigas están dispuestos a convivir en la tierra que co-poseen. Eso nos va a hacer bien a todos.
— Juan Grabois (@JuanGrabois) October 23, 2020
Luego de una serie de reclamos judiciales de los hermanos Etchevehere, pidiendo un “desalojo express” de la propiedad, la Justicia entrerriana resolvió no hacer lugar a esos planteos, considerando que Dolores Etchevehere “probó en la audiencia que fue declarada también heredera» de los predios en cuestión, pese a las afirmaciones en contrario de su hermano. El juez subrogante de la ciudad de La Paz, Raúl Flores, también remarcó que el ingreso al predio fue “pacífico y sin violencia” y que la denuncia contraria no indicó ni probó “un hecho violento más que el número de personas” presentes. Con esta resolución, el proyecto agroecológico tendría vía libre para comenzar con su producción.
Después de conocido el fallo judicial, Grabois concluyó desde sus redes sociales: “A mí me enseñaron que hay que ser humilde en la victoria. La justicia ya falló. Con humildad, le pido, señor Etchevehere que se termine la violencia. Dolores y el Proyecto Artigas están dispuestos a convivir en la tierra que co-poseen. Eso nos va a hacer bien a todos”.