La capital francesa amaneció inundada de gases lacrimógenos luego de que unos 10.000 manifestantes y varios cientos en la plaza de la Bastilla y en la Puerta Maillot, junto al Palacio de Congresos se reclamaran por el aumento del costo de vida.
Del enfrentamiento con la policía resultaron unos 1.387 manifestantes detenidos y 118 heridos -17 de la fuerza de seguridad- de los más de diez núcleos de la ciudad que desde la madrugada fueron incrementando la tensión y la policía cargó y lanzó gases lacrimógenos en la avenida de los Campos Elíseos y calles adyacentes.
La tensión entre los manifestantes y la policía antidisturbios produjo los primeros encontronazos sobre la tradicional avenida, coronada por en Arco del Triunfo, que hace una semana fue tomado por los «chalecos amarillos» en reclamo por el aumento de los combustibles y de energía.
Pese a la marcha atrás del gobierno con las medidas, el alto costo de vida mantiene la tensión y tras casi una hora de intentar impedir que los manifestantes avanzaran hacia ese monumento varias decenas de «chalecos amarillos» tratraban de penetrar por la calle Arséne Houssaye, y se generaban duros enfrentamiento que aumentan minuto a minuto la cantidad de detenidos.
A media mañana, el primer ministro francés, Édouard Philippe, presidió una reunión con los responsables de seguridad en el Ministerio del Interior, entre otros con su titular, Christophe Castaner, para supervisar la marcha del dispositivo por las protestas que han ganado nuevamente las calles y que intentan controlar más de 90.000 efectivos policiales.
