Mientras la inflación amenaza con escapársele de las manos al Gobierno de Javier Milei, anticipando cifras de hasta 5% en abril (después del 3,7% de marzo y la reciente devaluación), se multiplican los conflictos por el control de precios. Supermercados y mayoristas rechazaron los aumentos de las productoras de alimentos y presionan al oficialismo. Mientras tanto, el ministro de Economía Luis Caputo amenaza con no convalidar paritarias que busquen recuperar el poder adquisitivo que perdieron los salarios desde el inicio de la gestión, homologando sólo aquellas que cierren por debajo de la inflación.
Desde la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) le dieron al Gobierno una “semana de gracia” para encaminar la situación, denunciando que muchos proveedores de alimentos y otros rubros aplicaron aumentos “preventivos” de hasta un 15% en los últimos días, tras la devaluación del viernes pasado. En el interín, los supermercados rechazaron los listados de productos con aumentos, esperando la evolución de las conversaciones.
También la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (Cadam, mayoristas que abastecen a almacenes, supermercados chicos y de origen chino, que representan el 70% de las ventas), se sumó al reclamo de ASU. El vicepresidente de la entidad, Armando Farina, consideró: “Ante la reciente liberación del cepo cambiario, desde el sector mayorista, expresamos nuestro rechazo a las listas de precios que están llegando con aumentos injustificados”.
Entre las cadenas que tomaron esta posición se cuentan Coto, La Anónima, Jumbo, Vea, Disco, Carrefour, Libertad, Toledo, Chango Más (ex Walmart). No sólo registraron aumentos “preventivos” ante la hipótesis de una disparada del dólar firmas alimenticias como Molinos Río de la Plata sino también otras de higiene y limpieza como Unilever. Desde los supermercados reclaman que “retrotraigan” los precios, en vistas de que por el momento el mercado cambiario permanece tranquilo.
En ese contexto, desde la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) se le reclama al gobierno medidas que “alienten el consumo”, ante la sostenida caída de las compras en todas las bocas de expendio, por el desplome salarial generalizado.