Mientras la inflación y la devaluación se comen los salarios, jubilaciones, pensiones y asignaciones familiares, el gobierno nacional decidió un aumento unilateral del 35% para el salario mínimo y ello rebotará en aproximadamente un millón 300 mil jubilados que cobrarán, solo por dos meses, hasta 900 pesos de plus en sus haberes.
La medida beneficia solo a quienes tengan 30 o más años de aportes y es consecuencia de que la ley sancionada a fines de 2017 fijó un piso del 82% sobre el salario mínimo, vital y móvil.
Ese incremento, sólo por 2 meses, es porque la ley que entró en vigencia a fines de 2017 fijó un piso del 82% sobre el salario mínimo, vital y móvil para quienes se jubilaron con los años completos de aportes sin haber ingresado a moratorias. Así, en octubre y noviembre habrá dos haberes mínimos: de $12.937 -para los que se jubilaron con moratoria- y de $13.837.50 para los que se jubilaron con al menos 30 años de aportes.
A pesar del aumento y de los bonos, no solo no recuperarán ni recortarán lo perdido en los últimos años, sino que corren el riesgo de empatar o ubicarse por debajo del incremento de los precios. Al día de hoy las proyecciones de inflación de 2019 van del 50 al 55%