Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), en su informe periódico sobre la utilización de la capacidad instalada (UCI), durante el mes de mayo la industria manufacturera utilizó solo el 56,8% de su capacidad, con una caída interanual de 14,8%, ubicándose así a niveles de 2020, cuando la industria nacional atravesó un dramático momento de parálisis en el marco de la pandemia de Covid-19.
En términos interanuales, comparando con mayo de 2023, se constató un retroceso de 11%. El retroceso más marcado se registró en la producción de minerales no metálicos, que apenas utilizó el 47,2% de su capacidad instalada, mientras que el año anterior había utilizado un 72,7% (lo que indica un retroceso de 25,5%). El motivo principal de este desplome se vincula con la paralización de la obra pública decidida por el Gobierno de Javier Milei.
Otras caídas importantes se registraron en la industria automotriz (donde el uso de la capacidad instalada cayó de 62,4% a 45,5% en términos interanuales) y en el sector textil (de 58,6% al 41,4%, lo que lo ubica como el sector con menor uso de su capacidad instalada). Las industrias metálicas básicas retrocedieron un 20,4%, influidas por la ralentización del sector siderúrgico en primer lugar. El único rubro que mejoró respecto del año previo fue el de refinación de petróleo, con un 84,1%.
Este impacto generalizado de la recesión en la producción industrial tiene un punto de arranque claro con la nueva gestión de Milei. Así, en términos agregados, mayo se ubicó como el sexto mes consecutivo en el que la industria utilizó menos del 60% de sus máximas posibilidades productivas. Según explicaron voceros del sector industrial, el principal factor para el parate productivo tiene que ver con el desplome de la demanda interna en los distintos rubros.