En medio de una gran preocupación, principalmente por lo que ocurre en el sector industrial, -una sangría laboral que se viene agravando en los últimos meses del año-, el CEM (Centro de Estudios Metropolitanos) relevó el clima laboral. En total se consultó a 1.293 personas a través de entrevistas telefónicas en Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense.
El índice de seguridad laboral bajó de los 55 puntos a fin de 2017 a 46 a fin de este año. O sea hay mucha menos seguridad laboral este año que a fines del año pasado. Es producto del deterioro que se lee a través de las respuestas a varias preguntas que tienen que ver con la situación de las personas en el trabajo.
La caída del empleo y el miedo a perder el trabajo existe en cualquier trabajador que ve que su empresa no vende, factura menos, lo que suele suceder cotidianamente en las PyMEs y pequeños comercios.
El informe releva que a fines de 2017, el 30% decía que era muy o algo probable que perdiera el trabajo en los siguientes meses. Ese porcentaje subió ahora, a fines de 2018, al 44%.
Cuando se le preguntó a los entrevistados cómo está su situación laboral comparada con un año atrás, en 2017 el 34% afirmó que es peor o mucho peor, mientras que en este diciembre los que dicen que las cosas en el trabajo están peor o mucho peor que hace un año suman el 51%.
Hace un año, el 48% afirmaba que el sueldo no le alcanzaba y tenía dificultades, incluso grandes dificultades. Ese porcentaje subió ahora al 63%.
Hace un año, del total de encuestados, un 33% contestó que alguien de su hogar perdió el trabajo durante 2017. En este diciembre, un 46% sostuvo que en su hogar hubo alguien perdió el trabajo durante 2018.
Como se ve, el deterioro está en sintonía con todas las estadísticas, incluso las oficiales del INDEC, sobre la caída en puestos de trabajo, cierre de empresas y baja de la producción que condice con el número que generó mayor alarma y es el crecimiento de la pobreza al 33,6% equivalente a 13,6 millones de pobres en la Argentina.
