Las políticas oficiales para controlar la inflación por medio de medidas altamente recesivas, que generaron picos históricos de desempleo, pobreza y un desplome de la producción industrial y de las ventas, no hacen avizorar la recuperación en «V» largamente prometida por el Gobierno de Javier Milei. En el mejor de los casos se avizora un escenario de amesetamiento, en «L», que podría extenderse hasta el próximo año.
Datos de diversos organismos, incluyendo al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) confirman el amesetamiento (el segundo trimestre terminó con una caída de la actividad económica del 1,7% en comparación al primer trimestre), con datos para el mes de julio que, si bien no marcan una aceleración de la debacle, tampoco anticipan recuperación económica alguna. En ese marco, son muy pocos los sectores que pueden hablar de aumentos en términos interanuales, como el caso del agro, que sumó un 84% en la comparación con el período de sequía del año previo, mientras que la construcción cayó un 23,6%, la industria manufacturera retrocedió 20,4% y la actividad comercial registró bajas interanuales de 18,6%.
Una encuestra realizada por la Unión Industrial Argentina (UIA) confirmó que el 38,9% de las empresas sufrió caídas en su producción y que el 43,7% tuvo distintos grados de retroceso en lo que hace a las ventas en el mercado interno. En rubros como indumentaria, calzado, jugueterías, línea blanca o consumo masivo el impacto es aún más serio, con caídas que en algunos casos se acercan al 50% interanual, sin señal alguna de recuperación a la vista.
El problema de fondo en relación con el mercado interno es que no hay posibilidades de repunte en tanto los salarios sigan atrasados. Aunque en los últimos meses se registraron pequeñas subas de los salarios por sobre el nivel de inflación, el acumulado interanual registra un incremento de 216% contra un 263% de incremento inflacionario, es decir, una pérdida de casi 50 puntos en términos interanuales.
En los últimos días se dieron a conocer datos como el de un desplome de las ventas en supermercados durante el primer semestre de 11,6% (en shoppings la caída fue de 14,2%). En términos de total de ventas, la caída fue de 7,3% en precios constantes en comparación con julio del año pasado. Esto también se re reflejó en una importante caída de las ventas de juguetes en el reciente dìa del niño, que retrocedió un 16%, pese a las promociones y ofertas.
Otro indicador de la profunda recesión y de la grave pérdida de poder adquisitivo de los salarios es la caída en el uso de subtes y colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Según datos de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), la cantidad de pasajeros de subte cayó un 24% interanual en julio, mientras que los colectivos registraron retrocesos de 4% interanual.