Se recalienta la relación campo-gobierno por precios y retenciones

La semana comienza tensa, luego de las declaraciones del presidente Alberto Fernández, quien se refirió a la posibilidad de «aumentar las retenciones o establecer cupos a las exportaciones», como una de las alternativas para poner un freno al aumento de los alimentos.

De hecho, la Mesa de Enlace se reunió este lunes para definir una estrategia -y posibles medidas de fuerza- ante la posibilidad de un nuevo aumento de las retenciones. Las entidades gremiales aseguran que los productores agropecuarios no son formadores de precios y que un incremento de las retenciones derivaría en caída en la producción, pérdida de mercados internacionales y menor ingreso de divisas.

Los argumentos de Fernández se sostienen en que los precios locales de los alimentos para consumo interno, no pueden igualar los precios internacionales y que hay que hacer una diferenciación entre «la mesa de los argentinos y los precios de exportación».

Aunque anticipó que preferiría no usarlas, el presidente insistió en que «el Estado sólo tiene dos herramientas para resolver el problema sobre los precios de los alimentos: subir las retenciones o poner cupos, límites a las cantidades exportadas» para evitar la escasez a nivel local que haga incrementar los precios.

El campo denuncia que les cambiaron las «reglas de juego» y salió a responder como el caso del diputado radical, Ricardo Buryaile quien refutó las las declaraciones de Fernández y señaló que los productores agropecuarios son el primer eslabón de la cadena productiva por lo que «no son formadores de precio».

La Sociedad Rural, también el alerta tomó como «preocupantes» los dichos de Fernández, señalando que parten de una mirada «prejuiciosa» que desconoce la dinámica de formación de precios y que «la incidencia de la materia en la formación del precio final es mínima».

En este contexto y bajo «amenaza» de medidas de fuerza por parte del sector ruralista, se espera una mayor liquidación divisas hacia el mes de marzo para «desestresar» al Banco Central en un tiempo clave para Guzmán y la administración de las variables de la macroeconomía entre las que es central el precio del dólar en plena negociación de la deuda con el FMI.

Alberto Fernández era jefe de Gabinete de Néstor Kirchner en el 2008 cuando se dio la histórica pelea por las retenciones, con lo cual conoce a la perfección la «pelea de fondo» sobre la «125», resolución que produjo un quiebre en la relación campo Gobierno y la desconfianza mutua que persiste desde entonces.

Como contraparte, desde el Gobierno implementan estrategias y políticas de precios máximos y precios cuidados. De hecho hubo una rebaja en ocho cortes de carne, llamados cortes «populares» para que la carne forme parte de la canasta básica de los argentinos que es la que más ha sufrido los embates de la inflación.

Algo similar se implementa en góndolas y se alienta la compra de frutas y verduras en el Mercado Central, abocado también a cumplir una «función social» y a sostener una alimentación más saludable entre los grupos más vulnerables, a los que se intenta reemplazarles los alimentos secos por alimentos frescos que permitan una dieta más equilibrada.